CARTA DE NEHEMÍAS, PRESO EN LA CÁRCEL


Esta es la carta. Hermoso testimonio!
CARTA DE NEHEMÍAS, PRESO EN LA CÁRCEL:
Hola pastor Juan Carlos Parra. No me conoce. Soy Nehemías. Yo le conozco. Le veo por la televisión y escucho por la radio. No a ti solamente sino a todos los pastores que predican.
Le cuento algo que desconoce. Yo soy una persona transformada por el poder del Espíritu Santo. Huía de Dios, como Jonás.
Había tenido malos ejemplos de autoridades de Dios y me dejé. Mis pies corrieron hacia el mal en rebeldía contra Dios. Caí en las drogas e hice robos por los cuales me encuentro en prisión. No quería saber nada del Señor. Yo seguía huyendo de Él. Los hermanos que vienen a la prisión me hablaban, pero yo los aborrecía, por el mal que había en mí. 
En noviembre del año 2017 caí en una sobredosis y no pudieron hacer nada por mí.
Me dejaron en una camilla cadáver. Pero Cristo no me dejó. Impulsó a un médico a atreverse a reanimarme. Ya estaba obrando nuestro amado Señor. Me reanimaron y salí de eso, aunque estaba aturdido y con los síntomas de la droga. No noté nada hasta febrero, cuando comencé a leer la Palabra de Dios, cambiando mi vida.
Un día en la celda vino un gran poder del Espíritu Santo sobre mí. Caí de rodillas. Comencé a llorar y llorar. No podía parar de llorar. Comencé a echar cosas por la boca increíblemente y comenzó el Espíritu Santo a hablar a través de mí en lenguas de una manera impresionante. Sé que hubo una lucha espiritual muy grande, y Dios me liberó. Luego no veía igual. No sentía igual que antes. 
Vinieron los hermanos voluntarios del Señor y les conté lo que me había ocurrido. Se gozaron mucho. Ya mi vida había sido transformada de las tinieblas a la luz admirable de Cristo Jesús y comencé a escribir canciones al Señor y a compartir su palabra cada domingo.
La televisión cristiana ha sido una gran bendición para mi Dios. Me ha ministrado. Me ha ido enseñando tantas cosas. Es maravilloso que Dios pueda llegar a una celda de las prisiones donde yo estoy. Pero sé que Él está obrando en muchas personas. Dios dice que a lo vil y menospreciado se muestra para avergonzar a los sabios, a los que se creen algo. 
Llevo 15 meses haciendo cultos los domingos, arrojando la luz del evangelio. Hay personas que han entregado su vida a Cristo. Las reuniones eran de 15 personas, ha bajado a 10 más o menos. Nos gozamos alabando al Señor con una guitarra que tengo. La gloria de Dios cae en su gran misericordia. Y así está obrando el Señor. Los martes vienen hermanos con la Palabra y se nota que en este módulo hay algo especial que Dios hace.
Pastor, el motivo de escribirte es porque Dios me lo ha puesto en mi corazón. Porque un día te escuché decir en la radio que gracias a la radio y a la televisión Dios tiene mucho pueblo y que va creciendo. Pues que sepas que también en las prisiones está obrando el Señor. Es maravilloso poder depender de un Dios vivo y compasivo, grande en misericordia y en amor. Y lo más hermoso es que Él me atiende a cualquier hora sin yo merecerlo. Es muy fiel y atento a mi caminar.
Juan Carlos Parra, aquí te pongo el teléfono de Agustín, por si quieres verificar lo que estoy diciendo. Me gustaría que lo llamaras. Yo me quedo corto en decirte la gran obra que Dios está haciendo.
Gracias por tu entrega y por ser luz en un mundo de tinieblas. Bendiciones a la iglesia y a los colaboradores de Radio Tv Vida.
Pastor, le digo que Dios me dio el milagro del arrepentimiento. Es el milagro más valioso que Dios nos otorga. No podemos arrepentirnos cuando queramos sino cuando Dios lo da. Estoy abrazando el nombre de Jesús y persevero en santidad a Él y a las personas que me rodean. No sé si sabe que aquí, en prisión, hay muchas tinieblas, mucha maldad, y el pecado reina. Aquí Dios me ha dado su gracia, como nos dice en la Palabra: “donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia”. Dios me dio también un gozo increíble. Es la fuerza que tengo. No quiero perder nada de lo que Dios me ha dado. Imagínate, tengo que andar en amabilidad, en misericordia y en amor… Estoy en el ejército de Dios. Del Dios de amor, de orden y de atención a los chavales que están empezando.
Tengo muchos problemas, pero me río de ellos. Me gozo pues estoy en la voluntad del Todopoderoso. Pastor, estaba aquí un muchacho que decía que conocía del Señor. Le dije que me ayudara en la obra del Señor, pero solo iba en la ley, cortando cabezas y mandando a la gente al Infierno. No tenía misericordia, ni amor por las personas. Yo le hablé de que Dios es misericordioso, porque no vino Cristo a condenar sino para que todos vengan al arrepentimiento. 
Como Jonás fue tragado por un gran pez, la prisión ha sido para mí ese pez. La semilla de la Palabra ha caído en los corazones de funcionarios, del director, de los médicos… El que me reanimó le testifiqué también. Y estoy orando por las iglesias de España, los pastores y los hijos de Dios, la televisión y la radio.
Pastor Juan Carlos, pronto me voy. En un mes o algo más. Un abrazo y que Dios le bendiga.
En junio de 2019.

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