Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como audioCuento

Cuento: Las dos ayas

Imagen
Aquí tienes el cuento en audio: Y también en vídeo:     Cuento: Las dos ayas      Uno, dos, tres aldabonazos a la puerta del palacio.       La mujer tísica, de harapientos trapos vestida y rostro tocado por tímidas arrugas que la hacían parecer mayor sin serlo, esperó unos minutos hasta que el guardián, un ángel de tamaño descomunal, abrió la perlada puerta.       —¿Quién es usted y en qué podemos ayudarla?       —Mi nombre es Engracia, pero todos me llaman Gracia, y deseo una audiencia con Dios el Rey, para ofrecerle mi servicio a cambio de simple albergue. —El ángel la repasó de arriba abajo y tal fue su expresión de escepticismo que la dama añadió—. Aquí donde me ve, soy fuerte y trabajadora. Nadie jamás se ha arrepentido de contratarme. Nunca me canso, soy generosa y esmerada. Cuido niños, cocino, atiendo ancianos. Como profesora he enseñado...       —Basta, basta —la interrumpió el portero—. Aguard...

Cuento 'La anciana, el cazador y el Rey'

Imagen
La anciana, el cazador y el Rey En vídeo:  En audio: Cuento: La anciana, el cazador y el Rey Rugió el león en la selva y lo que en otro tiempo hubiese supuesto obediencia inmediata a la orden de reunirse todos junto a la peña de Leba, en esta ocasión no produjo respuesta alguna. Los monos, siempre tan ruidosos y dicharacheros, se aferraron a las ramas de sus árboles y así quedaron en desleal silencio. Los tucanes hubiesen volado veloces de no haberse interpuesto el consejo de las hienas. Las jirafas escondieron sus cuellos infinitos en la espesura de la jungla y con el corazón latiendo a mil esperaron el siguiente rugido, quietas y rebeldes.  Efectivamente, el león miró perplejo a sus leonas y volvió a llamar a los animales de la selva, pero los únicos que se acercaron aún más fueron sus leoncillos. Gorilas y orangutanes, perdidos en la oscuridad de una cueva, creyeron que el pronóstico de Fisi, la jefa de las hienas, era cierto. Huyó el elefante y el rinoceronte, se sumergió ...

Cuento: Y volver a empezar

Imagen
Cuento: Y volver a empezar –¿Me dejas que te cuente una historia que conozco? Trata de dos hermanas que tan solo se llevaban un año. La menor era muy parecida a su hermana en apariencia: de cabello moreno; ojos grandes, negros e inquietos, que devoraban su mundo; nariz respingona; y, a sus doce años, brackets en una boca reducida al mínimo, en proporción a los ojos. Susana y Laura Elena no pasaban inadvertidas. Su estatura y delgadez las hacía foco de atención en el instituto, en la calle, en el centro comercial o en una reunión con primos; primos que no habían heredado la talla de los bisabuelos ingleses. Sin embargo, el gran parecido físico de las hermanas contrastaba con la distancia de sus caracteres. La menor era un nervio. Estudiaba, limpiaba la casa o cocinaba con energía contagiosa. Además, se mostraba segura de sí misma, jovial y siempre accesible a cualquiera. La mayor, por el contrario, era tímida e insegura, aunque muy trabajadora y con un gran mundo interior. Ese año, en e...

El tamborilero y la conversión de un judío

Imagen
Aquí tienes la historia en texto y en audio: EL TAMBORILERO Y LA CONVERSIÓN DE UN JUDÍO M. L. Rossvally (1828-1892) Esta historia real aconteció durante la guerra de Secesión norteamericana, es, por lo tanto, de la misma época y escenario de la inolvidable película “Lo que lo viento se llevó”, y la narra un médico judío: el doctor Rossvally.

Cuento El Príncipe Feliz y reflexión

Imagen
El cuento más bello jamás escrito   Lecciones del cuento  El Príncipe Feliz, d e Óscar Wilde   “Tráeme las dos cosas más preciosas de la ciudad”, dijo Dios a uno de sus ángeles. Y el ángel llevó el corazón de plomo y  al  pájaro muerto. “Has elegido bien”, dijo Dios. “En mi jardín del Paraíso, este  pajarillo  cantará eternamente, y en mi ciudad de oro, el  Pr íncipe   Feliz  repetirá mis alabanzas”.  Y así termina el cuento de Oscar Wilde,  El Príncipe Feliz .   

Cuento: La abuela Queca

Imagen
  Aquí puedes escuchar o descargar el cuento: Recuerda la Luna que es Luna cuando el lobo le aúlla  y cuando el Sol con sus rayos la arrulla. Y sabe el ruiseñor con su voz al príncipe persa encantar o al gato taimado llamar.

Cuento: La Reina Pobre

Imagen
Había una vez un rey sabio, rico en extremo, que tenía un reino fuerte y floreciente, y que era respetado por el resto de los reinos de alrededor. Este rey había sido muy feliz con su bella esposa durante quince años. Tres lustros que pasaron tan rápido como la vigilia de la noche y en los que había gobernado con su bien amada esposa para beneficio de todos sus súbditos.

Cuento: El amigo ignorado

Imagen
Bernardo y Casilda se casaron muy ilusionados, como deben hacerlo todas las parejas. Si estabas un rato con ellos pronto te percatabas de que eran un par de enamorados.

Cuento: La puerta

Imagen
Descarga este audiocuento. Ahí estaban, otra vez frente a frente, la puerta y él. La maldita puerta.  ¿Cuánto tiempo llevaba apareciendo por las noches? Desde que cumplió los trece años. Al poco de morir su madre.  No era la puerta de la habitación ni la puerta del armario ni la puerta del baño. Ninguna de esas tres. Aparecía en plena noche. 

Cuento: El hermano gozo y los ataques del Diablo

Imagen
Descarga este audiocuento. En una ciudad triste y oscura, atestada de gente triste y ocupada, vivía un cristiano muy pero que muy extraño. Era el Hermano Gozo, quien hacía honor a su nombre ya que había aprendido a gozarse en el Señor cualquiera que fuese su situación. Realmente su nombre era Lupo, pero todos le llamaban Gozo pues vivía con una sonrisa en el rostro y transmitía ánimo a cuantos le rodeaban. 

Cuento: De la siesta a la guerra

Imagen
Descarga este audiocuento. Cuento: De la Siesta a la Guerra ¿Cómo iba a imaginar él que aquel día sería tan importante en su vida? Para Angus Quim era simplemente un viernes cualquiera. Si bien es cierto que su ejército estaba en alerta desde que Tensilia, la nación vecina, les declarara la guerra, sin embargo, habían pasado ya muchos años y lo más duro del combate se libraba en la frontera. Allí, en las caballerizas reales, era eso, un viernes cualquiera. La familia Quim presumía de una larga tradición militar. Sus hombres, con salud de roble, habían servido al rey de Verseña por muchas generaciones. Sus hazañas se narraban en las cenas anuales: celebraciones que reunían a padres e hijos, tíos y abuelos, primos y yernos del clan de los Quim. Así perpetuaban la vocación marcial y el compromiso con la corona. Pero, para Angus, la espada o el mosquetón eran verdaderos problemas. No se le había dado bien combatir, a pesar de haber hecho la carrera militar como todos los de su casa. Lo...