Cuenta las estrellas, si puedes. Cuenta la arena del mar, si puedes. ¡Claro que no podemos! Ni podía Abraham. Pero cuando Dios le anima a hacerlo es solo para recordarle cuán grande es Él y lo pequeño que es el hombre.
Un mensaje de fe que nos fortalecerá en esta oscura hora.
Un mensaje de fe que nos fortalecerá en esta oscura hora.
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