Es evidente que las otras ocasiones nos remiten al Génesis (el huerto del Edén) o a la tentación de Jesús; pero si debemos aplicar el comer de forma espiritual hemos de preguntarnos ¿qué estamos comiendo cada uno de nosotros? ¿de la mesa de Dios o de la mesa de los demonios? 1 Corintios 10:21.
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