¿Es Dios culpable de esta pandemia?

Culpable, no es el culpable, reflexión, Josué Perona, Juan Carlos Parra, Onda Paz,
Hace unos días me pidieron unas palabras para Onda Paz Cataluña, una radio amiga dirigida con esmero por el pastor Julio Pérez, y quise reflexionar sobre el confinamiento y la crisis del coronavirus en clave de fe. Además de dar ánimos y contar mi propio testimonio (que cuando me siento angustiado clamo al Señor y veo su fortaleza), quise apuntar a Dios como nuestra ayuda en estos momentos y no el culpable de una pandemia como esta. Aquí os comparto dos cosas: el audio de esas palabras; y un escrito de mi amigo y compañero, el pastor Josué Perona, que amplía la idea con mucho tino.

Primero os comparto el audio:

Escrito de pr. Josué Perona:
Dios no es el culpable.

Me da lástima oír y ver determinados mensajes. Mensajes que aprovechan esta pandemia mundial para dar a entender que el Covid-19 es parte del juicio y la “vendetta” de Dios contra una raza humana que le ha rechazado. Pero el Dios de la Biblia, el Dios que yo conozco, no es así. Pensar que Dios responde como lo hacemos nosotros (con ira, con resentimiento, con frustración, por venganza) denota un desconocimiento profundo de lo que Dios es en esencia. Doy gracias de que Dios no es así, de lo contrario hace tiempo que este mundo habría saltado en mil pedazos; también doy gracias de que yo no soy Dios, porque seguramente también tendríamos el mismo resultado. Si hoy hablo y tengo este pequeño conocimiento es por pura misericordia, pura gracia, puro amor de Dios. Conocemos de la soberanía de Dios: a Dios no se le escapa nada de su control. Pero también sabemos, o deberíamos saber, de la inmutabilidad de Dios: Dios no cambia ni muta en esencia; Dios no varía en cuanto a sus principios; si Dios lo hiciera, inmediatamente dejaría de ser Dios. A lo largo de la historia Dios ha cambiado en sus formas (siempre por amor a nosotros), pero nunca ha cambiado en cuanto a su esencia y principios universales, además jamás cambiará en este aspecto. Dios no es el culpable ni el origen de esta pandemia, la permite porque Él mismo está sujeto a sus propios principios, pero no es el origen ni el culpable. El único culpable es el pecado, es la separación de Dios y de sus principios, que el hombre experimenta desde el Génesis
Pensar de este modo es como culpar a un padre que le compró una motocicleta nueva a su hijo; le compró el equipamiento y el casco protector; le aconsejó y le enseñó a conducir; le dijo cómo, cuándo y dónde usarla; pero después de esto el hijo, haciendo oídos sordos de todo lo dicho por el padre, ni se puso el equipamiento, ni usó el casco protector, ni condujo por dónde y cómo el padre le aconsejó, y finalmente este hijo tuvo un accidente que le costó la vida. ¿Realmente es el padre el culpable? ¿Es Dios el culpable de que nosotros los seres humanos despreciáramos sus consejos, sus principios en nuestro libre albedrío? Definitivamente no. Él habló y dictaminó el cómo debía ser y hacerse todo y también advirtió de las consecuencias de no hacerlo; hasta solucionó el problema del pecado enviando a su Hijo como vicario por todos, para que podamos volvernos a Él. Me pregunto, ¿qué más puede hacer Dios? Es el hombre en su libre decisión quien escoge la senda que toma. Dios, en estos momentos de crisis mundial, no está en su trono riéndose (como algunos nos quieren hacer ver), por el contrario Dios está llorando por esta situación, Dios está amando al hombre como siempre, Dios está diciendo: «Porque de tal manera os amo, que he dado a mi Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no lo envié al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.» (Juan 3:16-17). 
Dios no está señalando al hombre diciendo: ¡Ah, te lo dije, jajaja! No, rotundamente, no. Dios está en la misión de revelarse al hombre en estos dolorosos momentos, a través de su amor y misericordia, porque Él es amor, Él es misericordia. Él está en la labor de lanzar un salvavidas a este mundo que se ahoga, Él está en la tarea de enviar un mensaje de salvación, de fe y esperanza a través de Jesucristo, Él está, más que nunca, tendiendo la mano al hombre diciendo: ¡Ven amado, ven amada, vuelve a mí! Y todos los que amamos a Dios y nos hacemos llamar sus hijos, sus siervos, deberíamos estar en ese mismo menester. Que haya en nosotros el mismo sentir que hubo en Cristo Jesús; Él no vino a condenar al mundo (el mundo está y se condena solo), Él vino a SALVARLO.

Josué Perona

Comentarios

  1. Definitivamente Dios no es culpable, lo interesante de esto es q en su soberanía lo usa o permite como medio para q las personas se vuelvan a Él.
    De igual forma decir hablar de juicio y de lanira de Dios no es hablar contra El, porque esta también es parte de su naturaleza El es lento para la ira y grande en misericordia. Su ira por el pecado cayó sobre Cristo en la cruz y cumplió así su santa justicia. Quien no se arropa sobre la misericordia de Dios ofrecida en Cristo la ira de Dios está sobre él (Juan 3.36)
    No, no está aún airado el Seńor, está crisis que vivimos actualmente es producto del pecado y la maldad del hombre pero no hay mal en la ciudad son que Jehová Dios lo haya hecho, pues repito lo permite como escoba para llevar a cabo su extraña obra.

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