Guardianes del altar

Guardianes del altar 1
Dos mensajes predicados en el sexto aniversario de APR Lorca y en los que enseño sobre la importancia de los altares y el llamado de ser guardianes del altar. En ellos enfatizo cómo el altar es una vía de comunicación entre el Cielo y la tierra.

PRIMERA PARTE:

SEGUNDA PARTE:


LA ENSEÑANZA POR ESCRITO:

GUARDIANES DEL ALTAR 

“Aun el ave ha hallado casa, 
y la golondrina nido para sí donde poner sus polluelos: 
¡tus altares, oh Señor de los ejércitos, 
Rey mío y Dios mío!” 
Salmo 84:3 

En este salmo subyace una pasión por la presencia de Dios contagiosa. El salmista desearía ser un ave y habitar en los altares de Dios. Habla de altares en plural ya que en el tabernáculo de Moisés o en el templo de Salomón existían dos altares, el de oro y el de bronce. Los hijos de Coré amaban los altares de Dios. De igual forma nosotros, para ser adoradores del tiempo presente, debemos amar los altares. ¿Pero qué entendemos al hablar de altar?

¿ALTAR?

La palabra altar es un término muy importante en la Biblia. Aparece 370 veces: 22 ocasiones en el Nuevo Testamento; y 348 en el Antiguo Testamento.

Cuando hablamos de altar nos referimos a nuestra entrega y adoración a Dios.

El altar era una construcción de piedra, oro, bronce u otros material, que servía para ofrecer sacrificios a Dios.

Ahora, en el Nuevo Pacto, el altar es el corazón; y la ofrenda es todo lo que hacemos por y para Dios: nuestra obediencia, nuestra humillación, santidad, amor, contribuciones, etc. Todo es ofrenda en el altar.

Podemos hablar en plural de altares en la actualidad debido a que existen cinco altares bien diferenciados:

- El altar personal.
- El altar de familia.
- Los altares de cada iglesia local, es decir, los congregacionales.
- Los altares de Dios en los medios de comunicación.
- Los altares que levantamos como cuerpo de Cristo: la Iglesia unida en una ciudad, en una región o en un país.

EL ALTAR ATRAE A LOS ADORADORES

Este es un principio que hemos aprendido. Aquellos que aman a Jesús y están agradecidos con Dios son atraídos por los altares y aman el altar.

No solo el altar atrae a los adoradores, sino que también los adoradores deben cuidar el altar. Todo cristiano verdadero tendrá una vida de altar, es decir, de entrega y adoración. El salmista lo expreso así: “andaré en torno a tu altar” (Salmo 26:6).

El Señor, como águila o como paloma, es un ave que pone su nido en los altares de la Tierra (Salmo 84:3). Al Espíritu Santo le gusta moverse y hacer nacer a nuevos hijos sobre los altares. Pero no sobre un nido sucio o descuidado. Es lógico que ponga sus polluelos sobre altares bien cuidados por los adoradores. De manera que si hay un altar puro y bien cuidado vendrán nuevos adoradores. Y es bueno que nosotros entendamos que si no son adoradores no van a permanecer cerca del altar, porque el altar solo atrae a los adoradores.

DONDE HAY UN ALTAR SE ABRE UNA VÍA DE COMUNICACIÓN CON EL CIELO

A lo largo de toda la Biblia, en el Nuevo y Antiguo Testamento, podemos aprender cómo el altar para Dios abre un conducto o camino a través del cual sube nuestra adoración y baja la bendición de Dios: su Presencia, su refrigerio, sus ángeles y su Palabra.

De esta manera el altar se convierte en una puerta abierta para que el Cielo esté presente en la Tierra.

En los momentos de altar se abren paréntesis de eternidad, es decir, anticipos de la eternidad. Por eso, nos unimos al sentir del Salmo 84 para exclamar: “¡Cuan preciosas son tus moradas!”

BETEL, CASA DE DIOS Y PUERTA DEL CIELO

Jacob se encontró con la escalera que unía cielo y tierra. Llamó a aquel lugar Betel, casa de Dios. Betel se convirtió en una puerta del cielo (Génesis 28). Donde hay altar hay casa de Dios y puerta del cielo.

Cuando se consagra un altar encontramos un fluir, una circulación: Jacob adoró; ángeles subían y bajaban; Dios habló. Hay un fluir, una circulación. Es como el fluir de la función respiratoria, fluye el aire, o como la función purificadora de los riñones, fluye la sangre.

Los altares comunican lo natural y lo espiritual. Lo visible es visitado por lo invisible.

Por todo esto el Reino de Tinieblas ataca los altares e intenta cerrarlos, desautorizarlos con pecado, o simplemente que no haya altar en la tierra. Porque si lo logra cierra las vías de comunicación con el Cielo. Cierra las puertas de bendición en la Tierra, y esta queda asfixiada: sin respiración; y contaminada: sin purificación.

No solo esto. Realmente hay toda una guerra de altares, ya que Satanás, nuestro enemigo, es un imitador. Él sabe que la única forma de irrumpir en el mundo natural desde el espiritual es a través de las puertas de los altares. Entonces abre altares idólatras o de pecado.

Si estudiamos la cartografía espiritual nos daremos cuenta de que hay una guerra de altares. Es decir, el Reino de Tinieblas también se organiza con principados, potestades, gobernadores y huestes espirituales de maldad, operando en las regiones celestiales (Efesios 6:12).

Por eso en cada zona, donde operan poderes de maldad, hay altares inmundos o de oscuridad que se levantan para afectar esa área geográfica: idolatría; antros de perdición; altares de ideología donde sacrifican niños, como el aborto; altares directamente a Satán, o de brujería o de espiritismo. 

Al mismo tiempo, Dios quiere levantar en cada región altares de su reino que se conviertan en una puerta y una vía de comunicación con el Cielo para bendecir la Tierra y contrarrestar la maldad.

Objeto de estudio podría ser cómo determinados actos que demanda el Reino de Tinieblas atraen la maldad a una zona y generan una fortaleza espiritual negativa, que luego habrá que combatir con años de adoración desde los altares de Dios. Véase el crimen de las niñas de Alcácer, secuestradas un viernes 13 de noviembre de 1992 y con las que hicieron ritos satánicos. O el sacrificio de otra joven en Marmellar (Tarragona) en el verano del 1993, en la noche de San Juan, a la que quemaron en el cementerio, en un aquelarre y luego completaron el rito en una iglesia abandonada en la que encontraron pinturas satánicas. El secretismo de ambos casos es inquietante, decretándose secreto de sumario y dificultando la investigación. Sn ejemplos de altares diabólicos que dañan o corrompen terriblemente una nación. Pero podríamos hablar de muchos otros actos de idolatría o de sacrifico al reino del maldad que constantemente se realizan.

DIOS NOS LLAMA A CUIDAR SUS ALTARES COMO GUARDIANES

Dime cómo está tu altar y te diré cómo está tu vida.

Debemos cuidar los altares: el personal, el familiar, el congregacional, en los medios de comunicación y en la iglesia a nivel Cuerpo de Cristo. Así siempre habrá una puerta al Cielo abierta, para que suba nuestra adoración y baje su bendición.

EL ALTAR DE ELISEO Y EL ALTAR DEL REY DE MOAB

2 Reyes 3:14-16, 20 frente a 2 Reyes 3:27.

Aquí encontramos un ejemplo de guerra de altares.

Eliseo tiene que acudir en ayuda de los tres reyes que se habían aliado para pelear contra el rey de Moab. Eran el rey de Judá, Josafat; el rey de Edom; y el rey de Israel, Joram. El momento en el que interviene el profeta Eliseo es de gran desesperación ya que estaban en un desierto y no tenían agua, de manera que iban a perecer tanto hombres como animales. Entonces Eliseo levantó altar, al pedir que un tañedor ministrase alabanzas al Señor. Él recibió una palabra de Dios y tuvieron que cavar zanjas en pleno desierto. Entonces, a la hora en la que se ofrecía al sacrificio en Jerusalén, llegó el agua milagrosamente, en pleno desierto, para llenar las zanjas. Todo aquello formó parte de la victoria y de la salvación, pues el agua en el desierto salvó la vida a miles de soldados. Pero también nos deja una gran lección: Cuando estamos en el desierto, en prueba, en escasez, en angustia… y no vemos salvación por ninguna parte, Dios nos llama a levantar un altar, con adoración, con alabanza, con oración, con obediencia, con búsqueda de su rostro, con ofrenda... De la manera que podamos, pero levantemos altar en la desesperación. Esto es poderoso ya que abres una brecha hacia el Cielo. Rompes el estancamiento o la espesura del mundo espiritual. Abres una vía de comunicación para que venga la respuesta de lo Alto. El Cielo puede intervenir para mostrar su poder salvador.

Un satanista que se convirtió explicaba cómo en sus viajes astrales, en los que podía divisar el mundo espiritual (lo que nosotros llamamos el segundo cielo, donde se produce la guerra espiritual) podía ver, así como otros sacerdotes de las tinieblas, que las oraciones de los cristianos rompían la oscuridad y abrían un camino de luz en la espesura de las regiones celestiales. Él cuenta que cuando los hijos de Dios oraban aparecían tubos de luz o cilindros resplandecientes que comunicaban la dimensión de los hombres (el primer cielo) con el tercer cielo, donde está el trono de Dios. Por eso lo que más atacaban, en su estrategia diabólica, era a la Iglesia, y especialmente con la intención de detener la oración, la alabanza y todo lo que representa altar.

Eliseo era el único que podía levantar un altar al Señor en ese desierto y traer una palabra del trono que se convirtió en la provisión de Dios.

Pero el rey de Moab también abrió una brecha hacia el cielo.

En el libro de la historia de Moab (La estela de los moabitas) se narra que Quemos, el ídolo abominable de Moab, estaba airado contra el rey de Moab y que no les estaba ayudando en la batalla. El rey de Moab, Mesa, era criador de ovejas (2 Reyes 3:4) y ovejas era lo que le solía sacrificar a Quemos. Pero en aquel día, en el que los moabitas estaban siendo derrotados y no tenía escapatoria, pues la ciudad real fue sitiada, Mesa subió a la muralla y sacrificó a su hijo primogénito. Con este altar inmundo se abrió una vía de comunicación con el mundo espiritual, y multitud de demonios vinieron en ayuda de los moabitas.

2 Reyes 3:27: “Entonces tomó a su hijo primogénito que había de reinar en su lugar, y lo ofreció en holocausto sobre la muralla. Y hubo gran ira contra los israelitas, quienes se apartaron de allí y regresaron a su tierra”.

¿Por qué fue tan efectivo aquel sacrificio? Porque los otros tres reyes no tenían altar: Josafat tenía un altar débil y contaminado, debido a sus alianzas con la casa de Acab. El rey de Edom era pagano y tenía un altar erróneo o simplemente inexistente. Mientras que Joram, hijo de Acab y Jezabel había heredado idolatría y rebelión. Su altar estaba vacío o desautorizado.

El altar de Mesa fue más efectivo que el de los otros tres reyes, ya que entregó a su primogénito, y hubo una gran furia contra el ejército de reyes aliados que, incomprensiblemente, acabaron huyendo aunque tenían la victoria prácticamente consumada.

Podríamos asegurar, sin ninguna duda, que el altar del Calvario, en el que Dios estaba entregando a su hijo unigénito, ha vencido a los principados y potestades, y los expuso públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz (Colosenses 2:15). Sin embargo, la guerra en la Tierra continúa, y la única forma en la que el reino de Dios puede avanzar es con una Iglesia que siga entregándose a Cristo Jesús. Siempre que nos entregamos como sacrificio a Dios, con nuestro servicio y devoción, la victoria de Jesús en la Tierra se hace efectiva. Mientras que la pasividad, debilidad o la inexistencia de la Iglesia deja al mundo vendido a los poderes del mal.

LA ADORACIÓN ES UN CAMINO PARA LA BENDICIÓN

En España necesitamos muchos altares. En todas la regiones y ciudades. Recordemos que los altares son simplemente corazones que dan a Dios su obediencia, servicio, amor, oraciones, ofrendas y santidad. En definitiva, nuestra entrega y adoración que nace de un corazón limpio. Juntos, como familia y congregaciones, nos convertimos en un poderoso altar que bendice la tierra y cambia, como en días de Elías, la sequía en abundantes lluvias.

En España necesitamos que llueva. Y en todas las naciones también. Hay una gran sequía. Pero se tienen que levantar primero los altares. Recordemos que antes de la lluvia hubo un altar en el Carmelo: el altar del sacrificio y la oración ferviente de Elías.

Dios nos dice: “La lluvia me corresponde a mí, el altar os corresponde a vosotros”.

¡Alguien tiene que hacerlo! ¡Alguien tiene que abrir el camino! Necesitamos guardianes del altar, que cuiden los altares y mantengan una puerta de bendición abierta en la tierra.

EL ALTAR PREPARA EL CAMINO: LA ADORACIÓN ABRE LA VÍA DE COMUNICACIÓN PARA LA BENDICIÓN

Si nosotros cuidamos el altar y le damos al Señor nuestra adoración (honra, gloria, amor, entrega, unidad y ofrenda) Dios va a poder manifestar su victoria y bendición.

DIOS TRABAJA CON EL HOMBRE

Y es que el Señor ha determinado que la obra en la Tierra sea hecha con el hombre. Aunque solo cuente con un Noé o con un Elías que le obedezcan.

Lo podemos entender con el ejemplo de los ángeles. ¿Por qué el Dios omnipotente, omnipresente y omnisciente se usa de los ejércitos celestiales, de los ángeles? Porque les ha asignado una tarea y Él mismo respeta esa asignación. Además, es Padre y le encanta trabajar en unidad y colaboración con sus hijos.

De igual forma pasa con nosotros. Dios trabaja con el hombre.

Para llevar a cabo sus propósitos en este mundo necesita altares fuertes y a sus ejércitos que le obedezcan en la Tierra como se le obedece en el Cielo.

DANIEL 10

En el libro de Daniel podemos observar un cambio de ciclo en el gobierno de la Tierra. Los persas iban a perder el reino y lo iban a tomar los griegos. Sin embargo, entran en acción tres fuerzas del reino de Dios: Dios mismo, es decir, Jesús; los ángeles de Dios, Miguel a la cabeza; y un hombre de oración como Daniel, que oraba y ayunaba.

Si en este tiempo actual, de gran guerra en el mundo espiritual, nos sabemos unir a Dios y a sus ángeles, siendo una iglesia que sabe conectarse con los planes de Dios y orar y estar en el espíritu, sus propósitos se llevarán a cabo sin retraso y gloriosamente.

Dios nos llama hoy a ser fieles guardianes de sus altares y a vivir una vida de altar, como lo expresa el Salmo 84:3, poniendo el nido en tus altares, oh señor de los ejércitos, rey mío y Dios mío.

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