En el programa Agua Viva analizamos una verdad medular del evangelio: somos deudores.
Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme á la carne: Porque si viviereis conforme á la carne, moriréis; mas si por el espíritu mortificáis las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios.
Romanos 8:12-14.
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