Soliloquios #42

 

¿Te falta energía espiritual?

Si te falta energía espiritual este artículo es para ti. De lo conocido quiero que vayamos a lo desconocido, extrayendo tres lecciones sobre la energía que pueden ayudarnos para recuperar nuestra fortaleza espiritual. 

 

1º Pobreza energética 

 

Una de cada diez familias en España padece pobreza energética, es decir, debido a la crisis económica y a la subida de la factura de la electricidad o los combustibles se encuentran en serios problemas para hacer frente a sus gastos mensuales de luz, agua, gas o combustibles. Obtener nuestra energía es más costoso y, por lo tanto, más dificultoso.  

 

De igual forma, la vida moderna nos hace esclavos del trabajo, de las redes sociales, de las nuevas tecnologías o de multitud de compromisos y podemos padecer una pobreza energética. No porque la fortaleza de Dios o el combustible espiritual sea más caro; la Biblia nos asegura que podemos comprar el alimento de la Palabra sin dinero y sin costo alguno (Isaías 55:1) y el evangelio promete que Dios da el Espíritu sin medida (Juan 3:34) y todas las cosas abundantemente y sin reproche (Santiago 1:5), solo tenemos que venir a Jesús con sed y beber, y de nuestro interior brotarán ríos de agua viva (Juan 7:37-39); pero ese es, precisamente, el problema: que nos falta el tiempo para venir a la Presencia de Dios o buscar del Señor se nos hace más difícil por tantos obstáculos que hallamos. Por lo tanto, debemos ser muy intencionales en conectarnos con la fuente de nuestra paz y gozo, que es Jesús, y buscar activamente el ser llenos del Espíritu Santo. 

 

Para esto, Jesús, como siempre, es nuestro modelo. ¿Qué hacía el Maestro en el tiempo de más demanda en su ministerio? Me refiero a la recta final de su vida. Cuando las multitudes lo buscaban desde temprano en la mañana. Él se apartaba al Monte de Los Olivos y pasaba la noche con el PadreCuanto más le demandaba su entorno, más buscaba el secreto (Lucas 21:34-37). 

 

Nosotros también hemos de hacer ajustes en nuestro día a día y en nuestra semana para fijar citas con el Señor en las que tengamos tiempos de calidad recibiendo el combustible de su Palabra y la energía de su amor, al estar un buen tiempo a sus pies. Por ejemplo, programa un paseo matutino para alabarle y hablar con Jesús. El Señor paseaba con Adán y Eva en el huerto y le encanta seguir paseando con amigos suyos. O cierra tu cuarto y apaga el teléfono inteligente (que a menudo nos hace menos inteligentes) para concentrarte en la lectura de la Biblia, pues el Santo Espíritu te quiere hablar por su Palabra y después, abre tu corazón al Dios que te anhela celosamente (Santiago 4:5). 

 

2º Sobreconsumo 

 

Esta semana tuve un problema de sobreconsumo en casa y se me iba la corriente eléctrica constantemente. Con el calor del verano en Murcia, nuestra ciudad, es muy complicado vivir sin climatización. Tuvimos que contratar a un electricista para que nos subsanara el problema. Un diferencial dañado nos estaba produciendo un colapso energético.  

 

A algunos les está pasando lo mismo. Hay un sobreconsumo que está provocando que su sistema colapse. Quizás Instagram, Facebook, TikTok o Youtube te consumen demasiada energía. Otros están calentándose la cabeza demasiado, enfocándose constantemente en un problema. En otros casos, se nos va la energía en el trabajo, cual esclavos modernos del Faraón. La lista podría seguir y hay múltiples sanguijuelas energéticas que nos roban la fuerzaobsesionarnos con una afición; darle mucho tiempo al sube y baja de las cryptomonedas; ver series de forma enfermiza; tener la Play que echa humo, porque no le dan un descanso; hacer de las compras un escape o de una amistad un refugio… 

 

Pero si hay un gran agujero negro que absorbe en exceso energía es, definitivamente, nuestro ego. Me ha pasado, cuando me concentro demasiado en mí mismo: en mis sentimientos; en mis anhelos o sueños; en mis necesidades; en lo que me hacen o dejan de hacer; en que si dicen o no dicen de mí; yo, yo, yo… Y estamos como niños, jugando al yoyo. El yo puede convertirse en una especie de aparato averiado que nos está sobrecalentando todo el sistema vital. 

 

¿Qué podemos hacer? La respuesta es negación. Y, mucho cuidado, negación, según el evangelio, no es anulación, es sustitución. Jesús lo expresó así: “El que pierde su vida, la hallará” (Mateo 10:38-39 y Mateo 16:21-25). Y el que deja algo por el Señor recibirá cien veces más, por no decir mil veces mejor (Mateo 19:23-29). Solo que, por ejemplo, el joven rico no pudo llenarse porque no supo negarse. Estaba de tal manera lleno de su vida religiosa y tan atado a sus posesiones que no fue capaz de negarse a sí mismo y seguir a Jesús. El Señor lo hubiese llenado de una vida plena de propósito y riqueza celestial. Se libera mucho poder en la negación. 

 

De hecho, mi madurez personal se puede medir por mi grado de negaciónNuestra madurez es directamente proporcional a la capacidad de negación que tengamos. Así como sea tu habilidad para someter el yo (tomar la cruz y seguir al Señor), será tu capacidad de llenarte de Cristo y compartir con otros su amor.  

 

¿Te falta energía espiritual? Prueba con la negación. No significa anularte para ser nada. Sino entregar tu vida y necesidades por amor a Jesús y a los que nos rodean, y recibir, como la Palabra lo promete, una mejor vida: la de Cristo; cien veces mejor. 

 

3º Vivir en modo ahorro de energía o low battery 

 

Nuestro pc portátil o nuestro smartphone o nuestra tablet han sido diseñados de tal forma que deben tener una buena cantidad de energía en las baterías para funcionar con su máximo rendimiento. Cuando estos dispositivos están por debajo del 30% entran en modo ahorro de energía. Entonces, algunas funciones se ralentizan; pierden su brillo las pantallas; y hasta se bloquean cada pocos segundos y debes volver a encenderlos. 

 

Pues bien, un cristianismo lento, sin brillo y que se bloquea constantemente, necesitando un estímulo extra cada poco tiempo, es el resultado de cristianos sin llenura del Espíritu Santo (Efesios 5:18). 

 

Cuando el apóstol Pablo exhorta sobre lo de ser llenos del Espíritu, emplea, para el verbo llenar, el término griego pléroóEsta palabra también se puede traducir como completar. De ahí que al leer “sed llenos”, bien podríamos decir, “completad la llenura”. O, en un lenguaje más tecnológico: “completad la carga”. 

 

Una cosa es vaciar nuestra batería espiritual, para volverla a cargar lo más rápido posible, con un sentido de urgencia; y otra, muy distinta, es vivir permanentemente en modo batería baja (low battery). Es normal, en ese supuesto, que nos bloqueemos a menudo, que a nuestra fe le falte brillo y que muchas de nuestras funciones espirituales (como los frutos y dones del Espíritu) estén deshabilitados. Apenas tenemos energía para sobrevivir, de ahí que será demasiado pedir el servir a Jesús o el batallar a favor de la salvación de los perdidos y la bendición de nuestras naciones. 

 

El consejo, más que evidente, será el de conectarnos. Como conectamos a la corriente eléctrica nuestro pc portátil o teléfono. Conéctate y completa la cargaLlena tus baterías interiores para poder sacar todo tu potencial espiritualQuizás el modo amor sobrenatural es lo que tu familia está necesitando. O la función intercesora es la antesala de un milagro. O vas a poder predicar de Cristo, orando por los enfermos, echando demonios, dotado por los poderes celestiales, sin temor a los contratiempos del viaje, porque tienes tu alma y corazón llenos del amor de Cristo.  

 

Concluyendo y resumiendo. Este soliloquio es un ánimo para todos nosotros. ¿Padeces déficit energético? ¿Te falta energía espiritual? Busca con más ahínco la comunión con el Señor; practica la negación de ese ego, que tanto nos demanda; y no vivas en bajo nivel de batería, sino seamos llenos del Espíritu SantoCompleta la carga. 

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