“Comprendo el odio contra Dios; pero no que se niegue su existencia”. J. A. Barbey D’aurevilly.
Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis? Juan 10:32.
Pero él les dijo: Ustedes me han visto hacer muchas cosas buenas con el poder que mi Padre me ha dado. A ver, díganme, ¿por cuál de ellas merezco morir? Juan 10:32 (TLA).
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Hoy nos vamos a atrever a hacer algo que muchas veces ha hecho, hace y hará el hombre -nosotros mismos hemos llevado a cabo este atrevimiento- y es sentar a Dios en el banquillo de los acusados y nosotros enfrente, en el sillón de jueces o de jurado. Debemos emitir veredicto de inocencia o culpabilidad.
¿Es Dios culpable de…?
1. ¿De los sufrimientos de la humanidad?
2. ¿De no hacer nada para evitar la destrucción del planeta Tierra?
3. ¿De jugar con los hombres?
“Los dioses juegan con los hombres como si fueran pelotas”. Plauto.
4. ¿De ocultarse o esconderse, si es que existe?
“La razón rehusaría rendir homenaje a un Dios que pudiera ser comprendido totalmente por ella”. M. F. Tupper.
Mi veredicto, al intentar ser justo y honesto es, INOCENTE.
¿Es Dios culpable de…?
1. ¿Poner en nosotros una búsqueda y una noción de Dios y un discernimiento del bien y el mal?
“La naturaleza misma ha impreso en el alma de todos la idea de Dios”. Cicerón.
2. ¿Preservar el planeta Tierra?
3. ¿Amarnos incansablemente?
4. ¿Crearnos a cada uno de nosotros y regalarnos la vida?
(1 entre 400 trillones de posibilidades)
5. ¿Cuidarnos y proveernos?
6. ¿Incomodarnos constantemente y romper nuestros esquemas y engaños limitantes?
Juan 10:33
—No te apedreamos por ninguna buena acción, ¡sino por blasfemia!—contestaron—. Tú, un hombre común y corriente, afirmas ser Dios.
7. Hacerse hombre para venir a salvarnos y para mostrarnos el camino de la vida y la sabiduría.
8. Tomar nuestra culpabilidad.
Mi veredicto, al intentar ser justo y honesto es:
Dios, ¡te declaro culpable! Culpable de esos delitos de lesa humanidad. ¡No! Culpable de estas Bendiciones de amor para la humanidad.
Lo más maravilloso de todo es que Él es el Juez, y nosotros somos los que estamos en el banquillo. Pero Jesús es nuestro Abogado, y si nos acogemos a su defensa, el Juez nos puede declarar inocentes, pues ya sentenció al Hijo en nuestro lugar. Y dos veces no se va a pagar por el mismo delito.
Cristo nunca pecó, pero Dios lo trató como si hubiera pecado para declararnos inocentes por medio de Cristo. 2 Corintios 5: 21.
Los juicios de Jesús:
Fue juzgado por judíos en el Sanedrín; por Romanos ante Pilatos; por el rey Herodes; y por la muchedumbre enardecida.
Declaramos a Dios culpable y a Barrabás inocente. Pero Jesús nos pregunta hoy.
“Ustedes me han visto hacer muchas cosas buenas con el poder que mi padre me ha dado. A ver, díganme ¿por cuál de ellas merezco morir? Juan 10:32.
“No hay sino dos clases de gentes a quienes se pueda juzgar como razonables: aquellos que sirven a Dios con todo su corazón porque le conocen, y aquellos que le buscan con todo su corazón porque no le conocen”. Blas Pascal.
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