El peligro de las necesidades no suplidas

El peligro de las necesidades no suplidas

Lucas 4:1-13

 

1. INTRODUCCIÓN

Ve, mira la hormiga, perezoso , observa sus caminos, y sé sabio. ¿Hasta cuándo, perezoso, estarás acostado? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño? Un poco de dormir, un poco de dormitar, un poco de cruzar las manos para descansar, y vendrá como vagabundo tu pobreza, y tu necesidad como un hombre armado.

Proverbios 6:6,9-11

Un poco de dormir, un poco de dormitar, un poco de cruzar las manos para descansar, y llegará tu pobreza como ladrón, y tu necesidad como hombre armado .

Proverbios 24:33-34

 

Hay un cuento popular japonés que me venía al recuerdo, porque hoy vamos a hablar acerca del peligro de las necesidades no suplidas. 

 

Era el mejor maestro de artes marciales, el mejor maestro con la espada también y en toda su vida, desde que fue nombrado maestro, nadie había podido derrotarlo. Ya se estaba haciendo mayor y deseaba que hubiese otro guerrero que tomase el relevo de su lugar de campeón. Entonces, hicieron un anuncio por todo el territorio: que quien tuviese el valor de enfrentarse con este guerrero, maestro samurái imbatido, si salía con vida, aunque fuese derrotado, iba a tener recompensa; pero si le ganaba, iba a ser nombrado como el más grande guerrero, e iba a tener una recompensa en bienes materiales aún mayor que si sobrevivía (cosa poco probable) tras ser derrotado. 

 

Debido al peligro evidente, nadie se atrevía a enfrentarse con el viejo maestro; nadie estaba tan loco como para enfrentarse con el gran maestro. ¿Y quién iba a jugarse la vida por una cantidad de dinero? Mejor que se muriera de viejo. 

 

Pero hubo un campesino, quien nunca había esgrimido una espada, pero que tenía tanta hambre, y tantos problemas para sostener a su familia, que dijo: “Yo lo intentaré. Si pierdo, que es lo más probable, pero salgo con vida, voy a tener recompensa. Y si, por alguna razón, ganara, pues aún más”.

 

De modo que este campesino encontró ropas de combate, tomó una espada en su mano, que alguien le prestó, y fue a enfrentarse con el experto samurái. Apareció como si fuera un nuevo maestro que había surgido de la nada, procedente de alguna escuela desconocida y que llegaba con tanta valentía, con tanta determinación, como ansioso por pelear, que el maestro, al verlo venir sin temor, razonó mejor su idea; comenzó a dar vueltas en su lugar antes de empezar la pelea y se dijo: “Ya soy mayor, puedo morir en el combate. Quizás es innecesario. Indudablemente, este es un guerrero bien preparado”. Un poco antes del combate, el maestro se rindió y dijo: “Usted es un gran maestro y solo hay que ver el coraje que tiene. Y yo decido nombrarle a usted el campeón de los de los Guerreros de Japón y que se lleve el premio. No creo que sea necesario que nos batamos en duelo. Yo estudié en la escuela de los samuráis del rey, como todo el mundo sabe, pero, por favor, dígame ¿en qué escuela se ha formado usted?”.

 

El campesino sonrió y dijo: “En una gran escuela también, en la escuela de la necesidad. Esa es la escuela que me ha dado la locura, la desesperación y el coraje para llegar hasta aquí”. Se llevó el premio y así descubrieron que era un fiasco, que no era ni guerrero ni nada. Pero, indudablemente, le formó bien esa escuela, la escuela de la necesidad.

 

2. LA NECESIDAD ES UN PODEROSO MOTOR

 

Es un poderoso motor, la necesidad. Cuántas cosas se mueven en este mundo por necesidad, cuántas cosas hacemos, no tanto por placer o por libre elección, sino simplemente por necesidad.

 

Muchos chicos van a la escuela, al instituto, después a la universidad, y lo hacen por necesidad, porque es lo que deben hacer para tener un porvenir

 

Todos nos levantamos cada mañana y trabajamos y nos esforzamos simplemente por la necesidad, por dar de comer a nuestros seres queridos. 

 

Muchos ordenamos las prioridades del día, viendo qué es lo más necesario y no tanto porque quiero hacer esto, quiero hacerlo lo otro, sino que nos movemos por el Maestro necesidad.

 

3. LA TRAMPA DE LA NECESIDAD

 

Dios sabe que tenemos necesidades.

 

Él ha prometido que suplirá todas nuestras necesidades. Que, si buscamos primeramente su reino y su justicia, lo que necesitamos, lo que nuestro Padre sabe que necesitamos, nos va a ser añadido. 

 

Pero el diablo también sabe que muchas cosas se mueven en este mundo por la necesidad. Y el diablo lo sabía incluso para Jesús. Y fue la trampa que quiso ponerlela trampa de la necesidad.

 

Hoy vamos a hablar sobre el peligro de las necesidades no suplidas.

 

Lucas 4:1-13

 

Estamos en Lucas 4 y verso uno. “Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu en el desierto por cuarenta días, siendo tentado por el diablo, y no comió nada durante esos días, pasados los cuales tuvo hambre”.

 

¿Cuándo aparece el tentador? Llega justo en el momento de la necesidad: “y no comió nada durante esos días pasados, los cuales tuvo hambre”.

 

Verso 3: “Entonces el diablo le dijo: Si eres hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan”. Entonces, como ve que tiene hambre, le invita a comer, a convertir la piedra en pan y parece que le está tentando con algo natural, con una necesidad física. Pero hay más en esa tentación hay algo más profundo. Si eres hijo de Dios, hay una necesidad que no es tangible, que es intangible y que tenía que ver con la necesidad de identidad.

 

Le cuestiona la identidad. Si eres hijo de Dios, haz que estas piedras se conviertan en pan. Demuestra que eres el Hijo de Dios y demuestra tu poder. 

 

Todos tenemos una necesidad de identidad y el diablo no solamente viene a tentarte con el estómago, te viene a tentar en cuanto a la identidad, a esa necesidad de identidad. 

 

Versículo 4: “Jesús le respondió: Escrito está No sólo de pan vivirá el hombre”. 

 

“Llevándole a una altura, el diablo le mostró, en un instante, todos los reinos del mundo, y el diablo le dijo: Todo este dominio y su gloria te daré, pues a mí me ha sido dado, me ha sido entregado, y a quien quiero se lo doy. Por tanto, si te postras delante de mí, todo será tuyo. Respondiendo Jesús, le dijo: Escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás. Entonces el diablo le llevó a Jerusalén y le puso sobre el pináculo del templo lo más alto del templo, y le dijo Si eres hijo de Dios, lánzate abajo desde aquí, pues escrito está a sus ángeles te encomendará para que te guarden y en las manos te llevarán, no sea que tu pie tropiece en piedra. Respondiendo Jesús, le dijo: Se ha dicho: No tentarás al Señor tu Dios. Cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se alejó de él esperando un tiempo oportuno”. 

 

Ahora, mirad que en las dos tentaciones siguientes ya no está el pan de por medio, ya no está el estómago de por medio. Aparece el ofrecimiento de los reinos de este mundo. Todo, toda la gloria, toda la provisión, te daré si te postras y me adoras. Si te das cuenta, le está ofreciendo el ser segundo, el príncipe del mundo, el ayudante de Satanás, para gobernar toda la tierra. Es la necesidad de sentirse importante. Es la necesidad de riqueza, gloria, fama, de seguridad. La tentación viene por ese lado; y Jesús dice: “Sólo al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás”. Y la última (en este orden de Lucas, diferente al de Mateo), le dice desde el pináculo del templo “Arrójate, tírate desde el pináculo del templo, porque está escrito que te van a guardar los ángeles. Dios mismo te va a encomendar que te cuiden”. 

 

Entonces, ahí aparece otra necesidad. Si él hacía eso era como una exhibición en el templo, iba a lanzarse al vacío, pero ángeles iban a evitar la muerte. Es una necesidad de atención, es como una necesidad de estar en el foco de la atención. Todos tenemos una necesidad de atención en un sentido u otro. Pero dice, Jesús: “Escrito está: No tentarás al Señor tu Dios”. 

 

¿CÓMO RESPONDIÓ JESÚS?

De manera que, lo que yo quiero que veas aquí es lo siguiente: Aunque Jesús tuvo hambre física a los cuarenta días del ayuno, no iba a suplir su necesidad de cualquier forma.

 

¿Y su necesidad de identidad? Su necesidad de identidad estaba suplida. Él sabía quién era y no tenía que demostrarlo. 

 

Su necesidad de atención estaba suplida. Él tenía una relación con el Padre que le satisfacía. 

 

Su necesidad de ser amado estaba suplida, también. 

 

El diablo no pudo hacerle caer porque sus necesidades interiores, como persona, estaban suplidas en Dios, y por eso toda tentación la combate desde la llenura del Espíritu Santo y con la Palabra.

 

Él no necesitaba demostrarle nada a nadie. Esa atención de la gente puede llegar a ser importante, para muchas personas. Sin embargo, para él, la única atención que buscaba era la de agradar al Padre y lo que quería era la gloria del Padre. Él no buscaba su propia gloria.

 

Entonces, por esas necesidades no le pudo hacer caer Satanás. 

 

4. EJEMPLOS DE NECESIDADES NO SUPLIDAS

 

Ahora, mira la diferencia que hay en nosotros los seres humanos. Voy a poner algunos ejemplos que se me han ocurrido hoy pensando en este mensaje. Piensa en esto y a ver si te identificarás en alguno de estos casos. 

 

NECESIDAD DE ATENCIÓN:

Hay gente que siempre está enferma o haciéndose víctima o haciéndose débil porque tienen una necesidad de atención. A todos nos ha dolido alguna vez una muela o hemos tenido una jaqueca, pero esa gente lo exagera, porque en el fondo no es tanto esa necesidad física, sino que está buscando atención y por la necesidad de atención incluso se hacen esclavos a una enfermedad o a estar siempre en un ay, en un lamento.

 

¿Hoy en día, cuántas enfermedades son psicosomáticas? Muchísimas. No me atrevo a decir un tanto por ciento, pero mucha gente llega al consultorio y lo de menos es los problemas que tiene musculares o en sus vitaminas o en su sangre, sino que, a veces, es una necesidad más profunda. Atención.

 

NECESIDAD DE APROBACIÓN:

Mira esto, hay personas que buscan agradar a todo el mundo porque tienen una necesidad de aprobación y buscan estar agradando a todo el mundo. Necesitan que alguien les afirme, que alguien les dé aprobación.

 

NECESIDAD DE IDENTIDAD:

Hay personas también que buscan triunfar en la vida porque tienen una necesidad de identidad, de ser alguien. Yo no quiero ser un cualquiera. Tengo que hacer algo para ser reconocido. Tiene una necesidad de ser valorados, de identidad y por eso ponen su corazón en lo que hacen, porque es lo que hacen lo que les da identidad. O si logran algo o si triunfan. Yo quiero que un día digan Raúl Gómez y que todo el mundo sepa quién fue Raúl Gómez. Identidad. Y en eso empeñan su vida. 

 

NECESIDAD DE SER ACEPTADOS:

Voy a seguir con más ejemplos. Hay personas que quieren caer bien a todos porque tienen una necesidad de ser aceptados.

 

NECESIDAD DE SEGURIDAD:

Hay gente que quiere amontonar bienes porque tiene una necesidad de seguridad. Miren, en España se pasó tanta necesidad; tanta hambre en los días de la guerra y de la posguerra, que hay personas que hoy en día ya son mayores, pero al haber vivido en esos tiempos y haber pasado tanta necesidad, necesitan tener un dinero en el banco y atesorar, y una despensa siempre llena y un armario que se desborda de ropa, porque huyen de eso tan malo que pasaron. Necesitan seguridad. Eso les da seguridad.

 

NECESIDAD DE RECIBIR AMOR:

Hay quienes se echan en brazos de cualquiera porque tienen una necesidad de recibir amor. Personas que han recibido tanto rechazo, tanto desamor, tanto vacío en ese aspecto afectivo que se echan en brazos del primero que les dice algo bonito. Y cometen un gran error. ¿Ves el peligro de las necesidades no suplida, por esa falta de amor? Se casan mal o entran en una mala amistad. Entran en una mala relación.

 

NECESIDAD DE SENTIRSE IMPORTANTE:

¿Qué me decís de esto? Hay personas que buscan poder, autoridad o posición, porque tienen la necesidad de sentirse importantes. Hasta dentro de la Iglesia. Hay personas que no pueden decir: Voy a ser simplemente un miembro de la congregación”. No; yo tengo que llegar a ser pastor. Y como decía uno: oye, llevo toda la vida esforzándome ser pastor y ahora todos los pastores son apóstoles”. Tengo que llegar a ser apóstol. Pero no es que Dios te ha preparado y te ha llamado a eso, sino que es una necesidad de sentirte importante; y esa necesidad no suplida les hace querer escalar en posición o en autoridad.

 

NECESIDAD DE SENTIDO A LA VIDA:

Hay quienes se entregan a una causa o a una religión porque tienen la necesidad de darle sentido a sus vidas y son sinceros en ellos, y son filántropos o son parte de una iniciativa social, una ONG, o abrazan una religión con todo el corazón, porque su vida no tiene sentido y eso es el norte que necesitan; lo que les da sentido. 

 

NECESIDAD DE FAMILIA Y AMIGOS:

Hay gente que entra en malas compañías, pandillas, ambientes malos, porque tiene necesidad de familia y de amigos. Han tenido tantas carencias en esa parte, de pertenecer a algo, que encuentran en su pandilla de droga, de violencia o en un ambiente equis, a veces simplemente es un ambiente de gente bien, de gente sana. Y dice: “este es mi entorno”. Porque tienen una necesidad, en definitiva, de afecto, de amistad y de familia y van buscando un grupo de referencia, y de pertenencia.

 

NECESIDAD DE PATERNIDAD:

Y esta… Muchos se atan a malas autoridades, porque tienen necesidad de paternidad. Hay una necesidad en todos nosotros de paternidad, de que haya alguien que nos cuide, de alguna manera. Pero se atan a malas autoridades para llenar ese vacío.

 

Ahora, mira, todo lo que he dicho: atención; aprobación; identidad; ser aceptados; seguridad; amor; sentirse importantes; dar sentido a nuestra vida; una familia; amigos; paternidad; ¿son cosas malas, en sí mismas?  ¡No! Son necesidades que todos tenemos, mucho más profundas que el pan, mucho más profundas que la ropa. Son necesidades que marcan la vida. 

 

La pregunta es: ¿Cómo se suplen esas necesidades? Porque, todos los seres humanos necesitamos amor, identidad, destino o propósito. Todos los seres humanos necesitamos paternidad. Y el problema no está en la necesidad en sí misma, porque todos la tenemos y Dios lo sabe. El problema es que, si tus necesidades no están bien suplidas, hay un hueco y el diablo lo detecta, y ese hueco lo puedes llenar incorrectamente. Y ahí es donde va a aparecer la tentación.

 

En el caso de Jesús (piensa esto) el diablo le tentó con lo mismo que tienta a muchos de nosotros: Hay artistas que venden su alma al diablo. ¿Por qué? A veces, no es ni siquiera por poder y tener una mansión, si no por el hecho de ser alguien. El hecho de tener una identidad, el hecho de llegar a ser importante… Y venden su alma al diablo. A lo mejor es gente que podría tener una familia normal, una profesión, lo que sea… Pero el diablo va más profundo, a una necesidad que es parte del ser humano, y que no está suplida, y por ahí les pone la trampa.

 

Pero a Jesús no lo pudo hacer caer. Porque cuando viene a tentarle con su identidad, Jesús dice: “Yo soy hijo de Dios. Yo no tengo que demostrarlo. Ni el Padre me lo tiene que demostrar. Yo no necesito que el Padre me dé nada, ya tengo su amor, yo estoy suplido en mis necesidades. Así que, Satanás, estás perdiendo el tiempo. Sólo al Señor voy a adorar y a Él solamente le voy a hacer servir”.

 

El diablo se fue esperando a ver si había algún huequito en la necesidad de Jesús, pero él estaba lleno del Espíritu Santo y lleno de la Palabra de Dios. 

 

5. EL CASO DE ADÁN Y EVA

 

En Génesis, en el caso de Adán y Eva, en Génesis, en el capítulo 3. En un principio también el hombre tenía esas necesidades. Todo lo que he dicho: aprobación, amor, sentirse importante, tener un propósito, familia, etc. Pero todas las necesidades del hombre eran suplidas en Dios y por Dios.

 

Ahora, mira lo que hace la serpiente. Estamos en el capítulo 3, de Génesis. Verso 1: “Y la serpiente era más astuta que cualquiera de los animales del campo que el Señor Dios había hecho, y dijo a la mujer: ¿Con que Dios os ha dicho: No comeréis de ningún árbol del huerto?”. Sabemos que era Satanás, en forma de serpiente. ¡Miren qué maldad! Poniendo a Dios como que Dios es el Dios del ‘no’. Y Dios había dicho ‘sí’ a todo y solamente un ‘no’; pero, mira, cómo el diablo le da la vuelta a la tortilla y dice: “¿Con que Dios os ha dicho no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, que no comáis de ninguno?” Y dice la mujer: “¡No!” Pero ya está deformando la imagen de Dios, como un Dios de negación, como un Dios que no es proveedor, que no quiere el bien.

 

Verso 2: “La mujer respondió a la serpiente: del fruto de los árboles del huerto podemos comer, pero del fruto del árbol que está en medio del huerto ha dicho Dios: No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis”. Y aquí está el primer problema: ¿qué haces, Eva, hablando con esa serpiente? “Y la serpiente dijo a la mujer: Ciertamente no moriréis”. Verso 5: “Pues Dios sabe, que el día que de él comáis, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, conociendo el bien y el mal”.

 

Les vende una necesidad. Pregunta: ¿Acaso tenían los ojos cerrados? Pero le dice a Eva: “Vuestros ojos no están del todo abiertos”. ¡Mentira! “Seréis como Dios”. ¡Ya eran como Dios!

“Conoceréis el bien y el mal”. ¡Ya conocían el bien y el mal! Pero les vende una necesidad: “Ustedes necesitan comer de ese árbol para, de verdad, abrir los ojos, porque hay muchas cosas que ustedes no saben, que Dios les está ocultando”. Entonces, lo interesante es esto, verso 6: “Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer y que era agradable a los ojos”. Ya le ha cambiado la percepción, y ya está embrujada, le cambia. “Si la serpiente está teniendo una conversación conmigo en este nivel y puede hablar esto, indudablemente, este árbol hace más sabios a los seres. Este árbol me puede hacer más sabia. Es bueno para alcanzar sabiduría”. 

 

Piensa esto: ¿la necesidad de sabiduría, de crecer en sabiduría, era una necesidad falsa o real? ¿Podían crecer en sabiduría? ¡Claro que sí! Caminar con Dios es crecer en sabiduría. Siempre. Dios nos lleva a un progreso y a un crecimiento en sabiduría. O sea, el tema no era tanto detectar una necesidad: Yo necesito más sabiduría. Claro que sí. 

 

El problema es ¿cómo vas a suplir esa necesidad? O, dicho de otra forma, y aplicándolo a nosotros. Hay dos estrategias que el diablo tiene: 

1)    Venderte una necesidad falsa. Para ser feliz tienes que cambiar de país. Seguro no te va a ir bien hasta que no te cases. La clave es que tengas este otro trabajo y no el que tienes ahora. Y te puede presentar el árbol como bueno y deseable y apetitoso, pero es un gran engaño. 

2)    Pero lo otro, que todavía es más difícil de discernir, que el diablo te presenta una necesidad real.

 

El problema no es en sí la necesidad: detectar que tienes una necesidad. ¿Quién no tiene una necesidad? Muchos de nosotros: quizás tenemos que ponernos en el espejo y decir: “Oye, yo tengo una necesidad de amor o de atención o de sentido en mi vida”. El tema es que el diablo quiso satisfacer esa necesidad con lo que Dios había dicho no comas ni lo toques porque es muerte. Entonces, cuando tú detectas que tienes una necesidad verdadera, profunda, el tema es ¿cómo vas a suplir esa necesidad?

 

La mujer podía haber dicho: “Espérate; si yo sé quién me puede dar sabiduría; papá Dios, que resulta que la serpiente me está diciendo que tengo los ojos cerrados y que puedo ser más sabia y que puedo ser como tú y yo sé que tú eres la fuente de toda sabiduría y de toda luz”Se acabó el problema, porque la fuente de tu provisión siempre es Dios. Pero fuera de Dios, ahí es donde está moviéndose la serpiente para traer el engaño.

 

¿Y cuánta gente acaba en árboles equivocados, comiendo, supliendo sus necesidades fuera de Dios? 

 

6. DIOS SUPLE TODAS NUESTRAS NECESIDADES

 

“El que no escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? Romanos capítulo 8:32.

 

Tú puedes ver que toda mi necesidad va a ser suplida con Cristo y en Cristo. En Dios, voy a encontrar mis necesidades suplidas; y cuando mis necesidades están suplidas en Dios, el diablo no tiene por dónde colarse. Pero, como venga una necesidad y yo la quiera suplir fuera de Cristo, ahí donde están los problemas. Ahí es donde puedo buscar una paternidad y que no sea la de Dios. Puedo buscar un marido, una esposa, y no la de Dios; porque no es “con Cristo”, no es provisión de Dios, juntamente con Cristo, sino que es algo que me está ofreciendo el diablo o que yo mismo me estoy buscando. Puedo forjar una identidad incorrecta; puedo meterme en un destino que no es el propósito que Dios tiene para mí; porque en vez de estar llenando ese vacío, esa área de mi vida, junto con Cristo, en Dios, lo estoy yo supliendo en mis fuerzas o en el engaño de la serpiente. Y ahí es donde muchos metemos la pata, incluso en el área del liderazgoCuánta gente hay que está dándose por el Señor, pero está en vez de sirviéndole a Dios, sirviéndole a su propia necesidad. Quiere suplir su necesidad de ser importante, tener atención, ser reconocido, recibir identidad. Por eso, si tú quieres servirle al Señor, procura tener bien llenita tu vida, como Jesús que salió del Jordán, lleno del Espíritu Santo. Y allí, entonces, puedes servirle al Padre. No buscaba lo suyo, sino buscaba lo de Dios y buscaba lo de los demás.

 

Colosenses 2:10 dice que “habéis sido hechos completos en él, que es la cabeza sobre todo poder y autoridad”. Plenitud. Habéis sido hechos completos. Oye, Juan Carlos, pero espérate, la verdad es que en este momento tengo un montón de necesidades y tengo x problemas… Pero Dios va a obrar a favor tuyo. El que no escatimó a su Hijo, sino que lo dio, con él, te quiere dar todas las cosas que tú necesites. 

 

Mira lo que dice Salmo 16: 5 y 6: “El Señor es la porción de mi herencia y de mi copa. Tú sustentas mi suerte. Las cuerdas cayeron para mí en lugares agradables. En verdad, mi herencia es hermosa para mí”. Dios es el que me llena la copa. Él es mi herencia. 

 

Hermanos, nos ha tocado una herencia tremenda. Tenemos herencia. No sé si estás esperando herencia de un padre, de un tío, de un abuelo o de alguien. Yo no tengo mucha expectativa de herencia, pero sí que tengo expectativa de la herencia que tengo en Cristo Jesús. 

 

Salmo 23:1: “El Señor es mi pastor. Nada me faltará”. Y dice en el 5: “Tú preparas mesa delante de mí, en presencia de mis enemigos. Has ungido mi cabeza con aceite. Mi copa está rebosando”. Dios quiere que tengamos nuestra vida llenita, completos en Cristo, rebosando en Cristo Jesús. 

 

Hay cosas que ya las he recibido, y otras están en camino. Pero yo no voy a buscar suplir mis necesidades fuera de Él, sino en Dios. 

 

 

ATENCIÓN:

¿Cuántos tienen necesidad de atención? ¿De que alguien esté atento a ti? ¿Qué te parece si te digo que el Todopoderoso, que hizo los cielos y la tierra, se desvive por ti, te ama, está pendiente de cada cabello de tu cabeza? Mira lo que dice David, el salmista, en el Salmo 139, del 1 al 6. “Oh Señor, tú me has escudriñado”. Pero, Dios mío, con lo interesante que eres tú, ¿qué se te ha perdido de venir a escudriñarme a mí? Porque te amo, Juan Carlos, porque te amo, hijo mío, hija mía, y estoy atento. Eres importante para Dios. Dice: “Tú conoces mi sentarme y mi levantarme. Desde lejos comprendes mis pensamientos”. Pues ya es algo más que lo que puedo hacer yo. A veces, no me comprendo a mí mismo; pero dice que Dios comprende mis pensamientos. “Tú escudriñas mi senda y mi descanso y conoces bien todos mis caminos”. ¿Te parece un Dios atento? “Aún antes de que haya palabra en mi boca, he aquí, Señor tuya, las sabes toda”. A cuántos se nos ha atascado la oración, a veces quieres decir algo y se traba… El escudriña y él conoce tu corazón. Dice: “Por detrás y por delante, me has cercado, y tu mano pusiste sobre mí. Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí, es muy elevado, no lo puedo alcanzar”. O sea, Señor, ¿qué se te ha perdido conmigo? Pues mucho se me ha perdido, di mi hijo por ti. Por lo tanto, estoy pendiente de ti.

 

Lo que quiero que veas es que, en todas estas necesidades del ser humano, Dios quiere llenar nuestras copas, para completarnos y lo que nos falta en lo humano, Él lo suplirá. 

 

OTRA: APROBACIÓN.

Dice “Al que no conoció pecado, Cristo le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en él”. Segunda de Corintios 5:21 dice que en Cristo yo soy justicia de Dios. Justificados. Esto también lo dice 1ª Corintios 1:30: “Mas por obra suya estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual se hizo para nosotros sabiduría de Dios, y justificación, y santificación, y redención”. Cuando Dios me ve a través de Cristo, me ve aprobado. Vamos a hablar en términos de aquí, de las notas de la vida de Cristo: fue sobresaliente (10). Pues, cuando Dios me ve a través de Cristo, no solo me ve aprobado, me ve con sobresaliente.

 

IDENTIDAD:

Mira Romanos 8:16: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios”. Soy hijo de Dios. Identidad. Tienes identidad. Nuestra identidad no se tiene que basar en lo que hago, en lo que dicen de mí, en el estrato social que ocupo, mi identidad no es lo que hice antes de conocer a Cristo. Mi identidad no se basa en el apellido que porto. Mi identidad es que soy nueva criatura en Cristo Jesús. Las cosas viejas pasaron. He aquí todas son hechas nuevas. Soy hijo de Dios; y el Espíritu Santo me da testimonio. Tenemos su identidad.

 

ACEPTADOS.

Mira lo que dice en Efesios, capítulo 1 y verso 6. Dice que; “según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado”.

Aceptos en el Amado. 

 

SEGURIDAD.

Necesitamos seguridad. ¿Qué tal si yo te digo que nuestra vida (Colosenses 3:3) está escondida con Cristo en Dios? O Efesios 2:6 dice que “estamos sentados con Cristo en lugares celestiales”. Romanos 8:17 dice que somos “herederos de Dios y coherederos con Cristo”.

Todo lo del esposo es de la esposa. Hay gananciales, hay bienes gananciales, todo lo de Cristo es nuestro. Efesios 1:11 dice que hemos obtenido herencia. 

 

AMOR:

La necesidad de amor. Pues partiendo de Juan 3:16 podríamos citar muchos textos, pero he escogido este. “Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada, nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro”. Romanos 8:37-39.

 

Y así, con cada una de las necesidades que tenemos. 

 

SENTIRNOS IMPORTANTES:

Termino con esta la necesidad: la de sentirnos importantes. Nos escogió. Dice: “Sabed vuestra elección”. Efesios 1:4 dice “según nos escogió en él antes de la fundación del mundo”. Dice que hemos sido escogidos. Somos los escogidos de Dios. Si Dios me escogió, yo no soy fruto de las carambolas del azar. No hay casualidad, hermano, en la fundación del mundo, desde antes de la fundación del mundo ya Dios me conoció, puso mi nombre, me escogió, me eligió y soy importante para Dios. Y si me eligió, me dio destino y me dio propósito. 

 

Todas nuestras necesidades en él están suplidas. 

 

Entonces, ¿qué es lo que pasa? Que el tentador siempre está buscando el día que tienes hambre, el día que tenemos una necesidad, para ofrecernos el suplir esa necesidad en el árbol de la ciencia del bien y del mal. Y nosotros debemos que identificar nuestras necesidades. 

 

PATERNIDAD:

Por ejemplo: “Oye, yo tengo una necesidad de paternidad, pero no la voy a buscar a tontas y a locas, sino que dice en Jeremías: Os daré pastores según mi corazón, que os apacienta en conciencia y con inteligencia. Dios me va a dar mi paternidad. Mis pastores”. 

 

Yo no me voy a ir a buscarla, sino que voy a buscar que Dios me supla esa necesidad. Y así con cada cosa. Yo no me voy a buscar el próximo paso de mi camino, por mucho que me venda el diablo un arbolito en el que voy a ser mejor. Yo sé que lo que venga en Cristo y en Dios, eso es lo que me lleva hacia adelante. Eso es lo que me lleva en el camino, en las obras preparadas de antemano. 

 

7. LIBRES DE NUESTRA PROPIA NECESIDAD PARA SERVIR A DIOS

 

Entonces, piensa en Jesús. Él estaba lleno del Espíritu y tenía clara su identidad. El Padre lo llenaba. No vino para buscar agradar a los hombres ni agradarse a sí mismo, sino que él se enfocó en agradar al Padre. Era libre de su propia necesidad para agradar al Padre, para buscar el agrado del Padre.

 

Y así, hermanos, libres, podemos servirle nosotros también, enfocados no tanto en buscar aprobación de los hombres, en buscar reconocimiento de los hombres, en buscar suplir nuestras propias necesidades, sino que nosotros, llenos en Cristo, completos en Cristo, con nuestro vacío, que Él lo llene cada día, nosotros podemos ser libres para agradar a Dios, enfocarnos en agradar a Dios, ni siquiera agradarme a mí mismo, sino agradar a Dios y edificar, como Dios me lo permita, a los demás.

 

El Señor es bueno, y nos ha dado de su bendito Evangelio. Amén. Nos ha recordado: ¡Cuidado con ese peligro! Las necesidades no suplidas. De manera que, preséntate cada día delante de Dios para que Él sea el que supla toda necesidad.


 






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