Poema: La oscuridad

Poema La Oscuridad
Poema: La oscuridad

La oscuridad es un todo vacío de años mal vividos por no tenerte cerca. Una cárcel sin litera, de frío suelo que algunos llaman queja.


Oscuridad es el reino de la traición; y un mundo sin niños; y un balcón sin poeta; una pelota sin manchas; una página en blanco; el matrimonio mudo; los gritos de una guerra; la noche de dolor, sin esperanza de que el alba aminore ese dolor.


Oscuridad es el nombre que yo le pondría a una bomba, a una cepa mortal, a una mentira que separa amigos, al insomnio de lo mal habido, al silencio cobarde. Oscuridad es disfrazar mis errores o no mirarlos de frente.


Quizás, oscuridad equivale a descanso. El descanso de una Tierra que el hombre forjó sin Dios. Pero no será tan perfecta, dicha humana oscuridad, si para ella no hay lugar en la mañana eterna, cuando reine lo perfecto.


Lo contrario de lo oscuro es pureza, nobleza, inocencia, humildad, amabilidad, devoción, generosidad, fraternidad… Y saber escuchar, pensar antes de hablar, mojar la mecha del odio con lágrimas de perdón…


Y lo opuesto a esta muerte, que he llamado oscuridad, es arte, es risa, es gente buscando paz, es un abuelo sonriente, es una mesa llena, en un sencillo hogar, de un rincón cualquiera de ese otro planeta en el que queremos amar.


¡Que se venza a la oscuridad con lealtad! ¡Que se la desbanque con bondad! ¡Que se llene lo vacío de luz! Más nos vale pensar en derrotar ahora a la oscuridad, antes de que nos invada la niebla. Que el dominio de lo bello comience aquí y no solo allá. 


La oscuridad es soledad. La vieja quimera de creer controlar lo que se escapa volando… Es amor sin respuesta. Es pasión sin sentido.


Oscuridad fue antes de que se dijera, “Sea la luz”, y regresó cuando se dijo, “¡Ea! ¡Seremos sin la Luz!”, simplemente, porque esa luz nos era molesta y no cabía en nuestras cabezas.


La piedad pudo más que lo oscuro, cuando la Aurora visitó este mundo, y abrazose a la noche fatal de la muerte en el Gólgota. Las tinieblas acabaron sin fuerza para infundir más terror, cuando murió el Redentor. Y aquella tumba vacía  y aquella palabra final: “¡Yo soy la Resurrección y la Vida!”. 


Ahora, la Reina invencible, la que apodaban Oscuridad, se ha quedado sin trono y huye de la presencia de Aquel que lo llena todo… Jesús venció la oscuridad, mi intensa oscuridad. Para mí, para ti y para todos los que lo desean: en lugar de oscuridad habrá victoria de luces en concierto angelical.


Juan Carlos P. Valero


En Murcia, a 11 de febrero de 2022.

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