Poema: Simplemente gracias
Ayer me dijiste “te quiero” y yo te respondí “gracias”.
Entonces, me preguntaste que por qué decía “gracias”,
que no hay que dar gracias, porque el amor no es un favor.
Y tienes razón...
Pero lo que yo te quería decir es gracias
por tantos momentos vividos,
gracias por ser la madre de mis hijos,
gracias por soportarme,
gracias por amar a Dios más que a mí,
gracias por dejar que vea desnuda tu alma,
gracias por soñar a mi lado
y ayudarme a despertar de mis sueños.
Gracias por ser, a la vez, vigía y torre,
faro y barco que surca la noche,
río inquieto o fuente de paz
(acompasando bien el momento),
joven como brote tierno y sabia cual cedro viejo...
Gracias por esa incansable lucha
en pos de ser mejor y de que seamos mejores;
y por cocinar los más ricos platos
y dejar la casa con deliciosos olores;
por revestirte de fuerza y re-vestirme
cuando me combino de pena.
Gracias por odiar que me conforme,
que me acomode, que no me atreva...
Y saber ir al lado, adelante e incluso atrás,
según precise la escena...
Gracias por ser el original de ti misma
y no la copia triste de otra.
Por reír o llorar, hablar o callar, esperar o explotar,
casi siempre en forma correcta.
Gracias por no ser perfecta.
¿Quién quiere vivir con alguien perfecto?
Gracias por no montar una empresa de mudanzas,
aunque tengas espíritu nómada.
Gracias por apreciar un vino y el comer a la carta,
tanto como menú diario, pan y agua.
Y mi lista de “gracias” es tan larga
como abundante es la arena blanca.
Pero eso... Que “yo también te quiero”,
te contestaré la próxima vez...
Sin embargo, hoy, déjame decirte
simplemente gracias.
Murcia, 5 de mayo de 2022.
Comentarios
Publicar un comentario