Dios te llama a liderar

Dios te llama a liderar
Dios te llama a liderar

Hay una gran necesidad de líderes hoy en día. Muchos se dejan llevar por la corriente, van en la manada, en el pelotón, no quieren ir a la cabeza y asumir responsabilidad o, lo que es peor, quieren ser líderes, pero no tienen las cualidades para liderar.

Eclesiastés 10:16-17 ¡Ay de ti, tierra, cuyo rey es un muchacho, y cuyos príncipes banquetean de mañana! Dichoso el pueblo que tiene por rey a un líder noble y cuyos dirigentes festejan en el momento apropiado para trabajar con fuerza y no para emborracharse.


En la Biblia vemos a personas que lideraron en un tiempo muy complicado y en contextos sumamente oscuros.
Por ejemplo, Daniel y sus compañeros. Otro ejemplo sería Ester entre los persas o José en Egipto.


Un líder tiene la capacidad de influir en otros. Sus palabras o conducta logran incentivar a los demás.

¿Qué es un líder según la RAE? Es una persona que dirige, conduce o gobierna. También es una persona que va a la cabeza entre los de su clase, es decir, lidera porque sobresale o es mejor que otros.


1 ¿Dónde necesitamos líderes?


DIOS TE LLAMA A LIDERAR... TU PROPIA VIDA

Ser el líder de mi propia vida es dejar de ser víctima y culpar a los demás de lo que me pasa; o dejar de entregar a otro la responsabilidad de mi destino.

Yo asumo la responsabilidad de manejar mi tiempo. Voy a liderar mi pereza y holgazanería. Me hago responsable de cuándo descansar y cuándo trabajar. Un líder sabe madrugar, sabe llegar a tiempo, sabe parar a tiempo. Eso es señal de madurez. Mientras tanto, necesito el liderazgo de otros que me vigilen... Y eso no está mal. Tiene su tiempo. El problema es cuando nunca logro ser mi propio líder...

Madurar es convertirme en mi propio líder. Es tener gobierno de mí mismo.

LIDERAR ES GOBERNAR. DE MANERA QUE, LIDERAR
MI PROPIA VIDA ES GOBIERNO DE MÍ MISMO.

¿Cómo logré tener gobierno de mí mismo?

El filósofo Alan Watts escribió: "Una persona cambia por dos razones: por inspiración o por desesperación. Es decir, porque ha aprendido demasiado o porque ha sufrido lo suficiente”.

En mi caso por las dos causas: por inspiración y por sufrimiento.

Tuve que aprender a gobernar o liderar mi mal carácter, mi pereza, mi forma de pensar, mis instintos más bajos.

Hoy en día se lleva mucho lo de empoderarse, esto es, en nuestras propias fuerzas. Yo descubrí que mis fuerzas son limitadas: “El problema está en mí, porque soy demasiado humano, un esclavo del pecado” (Romanos 7:14b). Lo que hice fue muy sencillo. Primero le di mi vida a Jesucristo, reconociendo que necesito un Libertador, un Salvador. Segundo, aprendí a vivir bajo el gobierno o liderazgo del Espíritu.

SI NO APRENDES A VIVIR BAJO EL LIDERAZGO DE OTRO
NUNCA LLEGARÁS A SER UN BUEN LÍDER.

Mi líder es Jesús. Él me enseña y a su lado desarrollo la virtud del gobierno de mí mismo. Pero, en lo que yo no puedo, el Santo Espíritu me da su poder.

No puede reinar ya el pecado en el cristiano, sino la gracia y el Espíritu. Vamos a ver ese liderazgo:

El reinado de la gracia:

Romanos 5:21 … para que, así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro. Romanos 6:12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; 14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.

El reinado del Espíritu:

Romanos 7:5-6. Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. 6 Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.

¿Cómo lo hace el Espíritu?

Romanos 8:2, 4 y 9. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. 4b que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros.

Mi liderazgo personal es fruto de una alianza entre mi nueva vida en Cristo y el poder del Espíritu en mí.

¿Dónde también necesitamos líderes?


DIOS TE LLAMA A LIDERAR... EN TU FAMILIA

Debo aprender a saber vivir bajo el liderazgo de otros para convertirme en un buen líder.

Recuerda:
SI NO APRENDES A VIVIR BAJO EL LIDERAZGO DE OTRO
NUNCA LLEGARÁS A SER UN BUEN LÍDER.

A los líderes en la iglesia se les pide el gobierno de sí mismos (1 Timoteo 3:1-2) y el gobierno de su familia (1 Timoteo 3:2, 4-5).

UNO MISMO: 1 Timoteo 3:1-2 Por esta razón un líder de la iglesia debe ser un hombre que lleve una vida intachable. Debe tener control propio, vivir sabiamente y tener una buena reputación. 

SU CASA: 1 Timoteo 3:2-5. 2 Un obispo debe ser, pues, irreprochable, marido de una sola mujer,  4 Que gobierne bien su casa, teniendo a sus hijos sujetos con toda dignidad 5 (pues si un hombre no sabe cómo gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios?).

Un líder en casa no solo manda, sino que va a la cabeza. Tiene la capacidad de influir con su conducta o palabras, de incentivar...

¿Dónde más necesitamos líderes?


DIOS TE LLAMA A LIDERAR... EN LA SOCIEDAD, EL TRABAJO, EL MINISTERIO QUE DIOS TE DÉ O LA IGLESIA

Proverbios 11:14 Sin liderazgo sabio, la nación se hunde; la seguridad está en tener muchos consejeros.

Proverbios 28:2 Cuando hay corrupción moral en una nación, su gobierno se desmorona fácilmente. En cambio, con líderes sabios y entendidos viene la estabilidad.

LA AUTORIDAD DE UN LÍDER VIENE
DADA POR SU TESTIMONIO O ESTILO DE VIDA.

Así lo enseña 1 Pedro 5:2-3, donde Pedro recomienda a los líderes de la iglesia (los ancianos) que no ejerzan señorío con su autoridad, sino que influyan en los demás a través de su testimonio:

Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey (1 Pedro 5:2-3).


2. ¿Qué es liderar según Dios?


· Liderar es TOMAR RESPONSABILIDAD, NO BUSCAR POSICIÓN.

Liderar es una demanda, una responsabilidad. En la iglesia del principio, como hoy, había liderazgo incorrecto, que amaba la posición y no el servicio; es decir, que andaban detrás del cargo, pero huyéndole a la carga.

3 Juan 1:9 Le escribí a la iglesia acerca de esto, pero Diótrefes—a quien le encanta ser el líder—no quiere tener nada que ver con nosotros.

Jesús llevó nuestra corona de espinas y nos ha regalado una corona de hijos (reyes y sacerdotes). Pero la corona pesa. Dice Romanos 12:8: Si Dios te ha dado la capacidad de liderar, toma la responsabilidad en serio.

EL VERDADERO LÍDER NO AMA LA POSICIÓN,
AMA EL SERVIR Y AMA AL SEÑOR A QUIEN SIRVE.


· Liderar es TENER UN TESTIMONIO QUE INFUNDE RESPETO.

Daniel 11:33 Los líderes sabios instruirán a muchos...

Deuteronomio 1:13 Elijan a hombres bien respetados de cada tribu, conocidos por su sabiduría y entendimiento, y yo los nombraré líderes de ustedes.


· Liderar es saber ENFRENTAR OPOSICIÓN Y CONFIAR EN EL RESPALDO DE DIOS

LA OPOSICIÓN DE UN LÍDER SIERVO
NO ES MÁS QUE UNA CATAPULTA.

Josué 3:7 El Señor le dijo a Josué: «A partir de hoy, empezaré a convertirte en un gran líder a los ojos de todos los israelitas. Sabrán que yo estoy contigo, tal como estuve con Moisés.

Josué 4:14 Ese día, el Señor convirtió a Josué en un gran líder a los ojos de todos los israelitas, quienes, por el resto de su vida, lo respetaron tanto como habían respetado a Moisés.


· Liderar es TENER UN EGO QUEBRANTADO.

“La grandeza de un líder no se mide por el tamaño de su ego, sino por la altura del propósito al que sirve”. Martin Luther King.

LA IDENTIDAD DE UN LÍDER NO SE PUEDE BASAR
EN SU SERVICIO O POSICIÓN,
SINO EN SU VERDADERO VALOR EN CRISTO.

Números 33:1 Esta es la ruta que los israelitas siguieron cuando salieron de Egipto bajo el liderazgo de Moisés y Aarón.

Moisés no podía liderar si era violento o controlador. Aarón no podía ser líder si se mostraba cobarde y manipulable. Dios los tuvo que quebrantar y desarrollar un carácter estable en su liderazgo del desierto.


· Liderar es ESTAR SIEMPRE DISPUESTOS A APRENDER

CONVERTIRNOS EN LÍDERES DEL REINO DE DIOS
 ES UN PROCESO DE TODA LA VIDA.
SIEMPRE ESTAREMOS APRENDIENDO.

Hasta el mismo Jesús, en su liderazgo terrenal, se mantuvo humilde ante el Padre y fue aprendiendo el camino de la obediencia (Hebreos 5:7-10).

Hebreos 2:10 Dios—para quien y por medio de quien todo fue hecho—eligió llevar a muchos hijos a la gloria. Convenía a Dios que, mediante el sufrimiento, hiciera a Jesús un líder perfecto, apto para llevarlos a la salvación.


· Liderar es TRABAJAR DURO.

Como la hormiga, que sin tener líder cada día trabaja duro. ¡Necesitamos líderes hormiga!

Proverbios 12:24 Trabaja duro y serás un líder; sé un flojo y serás un esclavo.


· Liderar es SER UN SERVIDOR.

Lucas 22:26 Pero entre ustedes será diferente. El más importante de ustedes deberá tomar el puesto más bajo, y el líder debe ser como un sirviente.


3. ¿Quién es un líder?

Según lo que acabamos de estudiar, ¿qué sería un líder de acuerdo con el pensamiento de Dios?

1. Es alguien responsable, que no se victimiza.

2. El líder debe ser sabio y entendido. 

3. Además, debe estar humillado y quebrantado.

4. Alguien que siempre está en disposición de aprender.

5. Que tiene gobierno de sí mismo.

6. Que sabe vivir bajo el liderazgo de otros (del Espíritu y de otros hombres).

7. Un líder asume que tendrá oposición (Daniel 6:1-5).

8. No busca ser reconocido, sino que sabe esperar el respaldo de Dios.

9. Un líder será un servidor y buen trabajador. 

10. Alguien con entusiasmo: que ama lo que hace y hace lo que ama.


4. El entusiasmo es la actitud de un líder siervo

La falta de entusiasmo es un mal que afecta a los profesionales y líderes de todo el mundo. Hacer las cosas desmotivado y con mediocridad no debería caracterizar a un líder de Dios. 

Borja Vilaseca1 distingue cuatro niveles de actitud en el trabajo que nos ayudarán a identificar al líder siervo como un buen o mal trabajador.

1. Los que odian lo que hacen. Son personas que detestan su función laboral. No intentan disimular su descontento. Están enfadados con el mundo y convencidos de que son víctimas del sistema. Suelen irradiar negatividad. La mayoría de los que odian lo que hacen suelen acabar en las listas de paro, lo cual agrava más su victimismo y su indignación.

2. Los que cumplen con lo que hacen. Es el perfil mayoritario en nuestra sociedad. Predomina la impotencia, la resignación y la indiferencia. Se dedican a cumplir con sus obligaciones y deberes laborales.  Ni más ni menos. La rutina termina marchitando su ilusión y consumiendo su energía vital. No creen en lo que hacen ni les importa demasiado el impacto de su función laboral en la sociedad. 

3. Lo que aman lo que hacen. Son los que convierten su dimensión profesional en una forma de expresar lo mejor de ellos mismos. Intentan disfrutar de lo que hacen independientemente de que sea o no su profesión soñada. Se caracterizan por una actitud positiva y por irradiar buen humor.

4. Los que hacen lo que aman. Son los que se han alineado con una misión y un propósito que va más allá de ellos mismos. Respetan la profesión que han escogido y hablan de ella con pasión y entusiasmo. Aquellos que desarrollan una profesión creativa, útil y con sentido, que contribuye a mejorar la vida de los demás. 


La diferencia fundamental entre estos cuatro niveles de actitud radica en que los dos primeros son básicamente reactivos, mientras que los otros dos son totalmente proactivos. 


Quienes aman lo que hacen y quienes hacen lo que aman se distinguen por su entusiasmo. 


Fue Steve Jobs2 quien dijo: “Entusiasmo es lo que sentimos cuando percibimos cómo la vida crea a través de nosotros. Esta palabra procede del latín entusiasmus, que a su vez viene del griego enthousiasmos. Significa, espíritu guiado por la inspiración divina... Al encontrar nuestra dirección y nuestro camino en la vida, encontramos también nuestro lugar en el mundo. Así es como finalmente unimos los puntos”.


Ser un líder es fruto de una alianza entre mi espíritu y el Espíritu de Dios
. Él es poderoso y amoroso. Un maestro que no solo me enseña lo bueno, sino que me da el poder para alcanzarlo. Por lo tanto, ánimo líderes, no dejemos que se marchite nuestro entusiasmo.

 


1 Del libro Qué harías si no tuvieras miedo, de Borja Vilaseca.

2 Conferencia impartida en Standford por Steve Jobs.

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