EXTRAÍDO DE LA RECOPILACIÓN DEL LIBRO ‘UN TESORO DE ORACIÓN’El libro es un resumen de los escritos de Bounds sobre oración.
Este hombre tenía ideales mucho más elevados que los de otros hombres. ¿Se ha acabado totalmente esta raza de hombres al morirse ellos? Oremos para que no sea así.
Tienes estas verdades en audio en este enlace:
Verdades de Bounds sobre la oración por temas
Reseña de E. M. Bonds
Edward McKendree Bounds, más conocido como E. M. Bounds, nació en Shelbyville, Missouri, el 15 de abril de 1835. Este pastor metodista episcopal, pasaría a la fama mundial gracias a sus escritos sobre la oración. Bounds dejó su legado espiritual en manuscritos que luego fueron recopilados por un pastor amigo suyo, y publicados siete años después de su muerte. Estos escritos han inspirado a multitudes de creyentes a consagrar, no una hora ni dos, sino toda una vida a la oración.
1. El poder de la oración
1. Cuanta más oración haya en el mundo, mejor será, y mayor la fuerza para contrarrestar el mal en todas partes. Es un desinfectante y un preventivo. Purifica el ambiente; controla el contagio del mal.
2. Dios modela el mundo a través de la oración. Las oraciones no mueren nunca. Los labios que las pronuncian pueden cerrarse con la muerte, pero las oraciones viven delante de Dios. Las oraciones sobreviven a aquellos que las han pronunciado; sobreviven a las generaciones, a las épocas, al mundo.
3. Las oraciones de los santos son el depósito de capital en el cielo con el cual Cristo lleva a cabo su gran obra en la tierra. Cuando las oraciones son más numerosas y más eficientes, la tierra se transforma y se revoluciona y el plan de Dios cobra forma.
4. Dios condiciona la vida y el progreso de su causa a la oración. Para un hombre de oración, Dios está presente con toda su fuerza; en una iglesia que ora, Dios está presente con todo su glorioso poder.
5. No toda oración es oración. La oración induce a Dios a interesarse plenamente en su obra. “Preguntadme de las cosas por venir; acerca de mis hijos, y acerca de las obras de mis manos.” Isaías 45.11. Este es el cheque en blanco de Dios sobre la oración.
6. Pocos cristianos tienen una ligera idea de lo que es el poder de la oración; y menos aún los que tienen una experiencia con ese poder. La Iglesia parece casi ignorar el poder que Dios ha puesto en sus manos; este cheque en blanco sobre los infinitos recursos del poder y la sabiduría de Dios rara vez se usa, si es que se usa, y nunca se llega a la medida máxima que honraría a Dios.
7. Hay una sola época de oro, la época de la oración.
8. La cámara de oración protege nuestra relación con Dios.
9. La verdadera oración exige una seria dedicación de tiempo que la carne y la sangre no disfrutan.
10. Debemos aprender de nuevo el valor de la oración, entrar otra vez en la escuela de la oración. Aferrar con mano de hierro las mejores horas del día para Dios y para la oración. ¿Quién ora como lo hizo Jacob, hasta ser coronado? ¿Quién ora como oró Elías, hasta desatar las fuerzas de la naturaleza? ¿Quién ora como oró Jesucristo?
2. El hombre y la mujer de oración
1. Es más inmortal el hombre que ha orado más y mejor. Son los héroes de Dios, sus santos, sus siervos y, los vicegerentes de Dios.
2. La fe solo es omnipotente cuando está de rodillas y sus manos extendidas tocan a Dios.
3. Los cristianos eminentes han sido sobresalientes en la oración. El que ora mucho, estudia mucho, ama mucho, trabaja mucho, hace mucho por Dios y por la humanidad.
4. Nunca conoceremos a Dios en la forma que tenemos el privilegio de llegar a conocerle mediante intercesiones breves, fragmentarias, irreflexivas y repetitivas que no son otra cosa que requerimientos personales.
5. Se requieren hombres que puedan inflamar a la Iglesia para el Señor, con una llama intensa y silenciosa que derrite y mueve todas las cosas para Dios.
6. “Muerte por asfixia” sería el veredicto del médico forense en muchos casos de oración extinguida.
7. Lo que más le interesa a Satanás es que la hierba crezca en el camino que conduce a nuestra cámara de oración. Un aposento cerrado implica exceso de trabajo religioso.
8. Uno de los trucos más astutos de Satanás es destruir lo mejor con lo bueno. El trabajo y otras obligaciones son buenos, pero estamos tan sumidos en ellas que desplazan y destruyen lo mejor: la oración.
9. Las personas que están en relación con Dios y que saben orar, no se extrañan al recibir la respuesta.
10. Los corazones carentes de oración jamás subirán hasta las alturas.
3. La Iglesia de oración
1. Cuando la casa de Dios en la tierra es una casa de oración, entonces la casa de Dios en el cielo está ocupada y activa participando en sus planes y desplazamientos, y superará a los ejércitos mundanos
2. Dejamos pasar las horas y el progreso del reino de nuestro Señor depende de la oración, resulta triste pensar que dedicamos tan poco tiempo, la descuidamos perjudicando no sólo nuestra propia vida espiritual, sino demorando y perjudicando la causa del Señor. Hacemos todo menos orar. En una congregación cincuenta contribuyen con dinero, mientras una sola alma se encierra con Dios y lucha por la liberación del mundo ateo. Cuando la Iglesia de Dios en verdadera fe clame, tendrá lugar una verdadera revolución.
3. Somos una generación de creyentes que no ora. Los creyentes que no oran son como una banda de mendigos que no tienen ni fervor ni la belleza ni el poder de los santos. Será el más grande de los reformadores y de los apósteles aquel que induzca a la Iglesia a orar.
4. La cámara de oración no es un asilo. No es una guardería. Es el campo de batalla de la Iglesia. Lejos de ella no hay sino derrota y ruina.
5. La escasez de oración es la característica de una época de apostasía y de una Iglesia apóstata. Cada vez que hay poca oración en el púlpito o en la congregación, la bancarrota espiritual es inminente e inevitable.
6. Muchos están empeñados en encontrar nuevos métodos, nuevos planes para hacer avanzar la Iglesia y asegurar la difusión y la eficiencia del Evangelio. Los hombres son el método de Dios. La Iglesia está buscando mejores métodos, pero Dios está buscando mejores hombres.
7. Lo que la iglesia necesita hoy no son más y mejores recursos, nuevas organizaciones o métodos mejores y nuevos, sino hombres poderosos en oración. El Espíritu Santo no fluye a través de los métodos, sino de los hombres. No viene a las instituciones, sino a los hombres. No unge planes, sino hombres; hombres de oración.
8. La oración apostólica preserva la época apostólica de pureza y poder en la Iglesia.
9. Los líderes dan forma a las épocas. La Iglesia de Dios es hecha por sus líderes. Será lo que los líderes son; será espiritual si ellos lo son; mundana si ellos lo son. Los reyes de Israel daban el carácter a la piedad de Israel.
10. La oración está pasada de moda y el mayor benefactor que podría tener esta época es aquel hombre que lograse que los predicadores y la Iglesia volviesen a orar.
4. El trabajo de la oración
1. El que se destaca en la oración hace la mayor obra para Dios.
2. La oración no es trabajo para un perezoso. Se precisa del fuego para liberar el incienso y hacer que su fragancia suba al trono de Dios. El fuego consumidor produce el espíritu y la vida del incienso. Sin el fuego la oración no tiene espíritu; solo sirve, como las especias muertas, para la corrupción de los gusanos.
3. La oración es un oficio que debe ser aprendido. Debemos ser aprendices y dedicar tiempo a ello. Se requiere una preocupación esmerada, mucha reflexión y esfuerzo para ser un oficial diestro en la oración. La práctica ayuda a perfeccionarse.
4. La oración no se opone al trabajo; ni paraliza la actividad. La oración obra con poder; la oración misma es el trabajo más grande. Provoca la actividad, estimula el deseo y el esfuerzo.
5. La oración no es un opio sino un tónico; no adormece, sino que despierta para impulsar a la acción. Pablo la caracteriza como una lucha, una pasión. Jacob una pelea; la mujer sirofenicia una batalla.
6. Por la oración se adquiere y aumenta la energía para el trabajo. Las diferencias en fortaleza, experiencia y santidad se deben a diferencias en la oración.
7. Orar verdaderamente es orar hasta que el infierno sienta el golpe que se le está asestando, orar hasta que las puertas de hierro de las dificultades se abran, hasta que las montañas de obstáculos desaparezcan, hasta que se disipe la neblina y se levanten las nubes. Esto sí es un trabajo duro, pero es la mejor obra de Dios y el mejor oficio del hombre.
8. Orar bien es hacer todas las cosas bien.
9. La oración es una tarea espiritual y a la naturaleza humana no le agrada el trabajo espiritual exigente. La oración es un trabajo que humilla, que derriba el orgullo y el intelecto, crucifica la vanagloria, confirma nuestra bancarrota espiritual, y todas estas cosas son duras de sobrellevar para la carne y la sangre. Es más fácil no orar. Así encontramos una de las faltas terribles de nuestra época y quizás de todas las épocas: la escasez o la falta de oración. Quizás la escasez de oración sea peor que la falta de ella. Una forma de mitigar la conciencia, una farsa y un engaño.
10. Las oraciones públicas son de poco valor si no están fundadas o continuadas por la oración privada.
5. La vida de santificación y la oración
1. Graduarse en la escuela de la oración es haberse diplomado en todo el curso de la vida cristiana. Los primeros y los últimos peldaños de la vida de santificación están coronados por la oración. Es un oficio de por vida.
2. La oración y la santidad de vida son una sola cosa. Se influyen mutuamente. Ninguno puede sobrevivir solo. La ausencia de uno implica la ausencia del otro. Los monjes viciaron la oración, sustituyeron la oración por la superstición, y la vida de santidad por mascaradas y rutina. Nosotros corremos el riesgo de sustituir la oración y la vida santificada por trabajo eclesiástico y una agenda interminable de actividades espectaculares.
3. Una vida santa no se vive de encierro, pero no se puede vivir SIN dedicar tiempo para orar a solas.
4. La oración honra a Dios; disminuye el yo. A Dios le place que oremos.
5. Estamos buscando hombres santos, hombres que oren. El hombre impuro manchó todas las instituciones sagradas de Dios y las contaminó. El Señor volviendo su rostro de esas ofrendas costosas y profanas, dice: “Pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.” Isaías 66.2.
6. El que está demasiado ocupado para orar está demasiado ocupado para vivir una vida de santidad.
7. La oración no es un don popular y fácil de obtener. Es el producto de la fe, de la santidad y del carácter profundamente espiritual.
8. Debemos vivir para Dios fuera de la recámara si queremos encontrarnos con Dios en la recámara. Si Dios nos posee fuera de nuestro aposento, podremos poseerle dentro de él. No hay otra forma de orar a Dios que viviendo para él.
9. La religión farisaica: en su edad de oro crucificó a Cristo. Nunca hubo tanta adoración de labios y poca adoración de corazón. Adoraban a Dios con los labios y crucificaron al Hijo de Dios con el corazón y las manos ; nunca hubo tantos pietistas y tan pocos santos.
10. Las personas santas se modelan por el poder de la verdadera oración.
6. La pasión por la oración
1. Sólo cuando todo el corazón está colmado de pasión por la oración desciende el fuego consumidor.
2. Si se informa a cualquier hombre de que sus proyectos dependen completamente de Dios, se sentirá impulsado a orar y estará ansioso por inducir a sus mejores amigos a orar. No esperaría éxito sin oración.
3. La oración continua no es un incidente, sino algo primordial, no es un acto único sino una pasión, no es un antojo sino una necesidad.
4. La oración en su forma más elevada asume la actitud de una lucha con Dios. Es un enfrentamiento, una prueba y una victoria de fe.
5. Cesamos justo cuando deberíamos asirnos con más fuerza. Nuestras oraciones son débiles porque no están inflamadas por una voluntad fuerte y resistente.
6. Dios ama al suplicante que insiste y le da respuestas que nunca hubieran sido otorgadas si no fuera por la persistencia que se niega a dejarlo ir hasta que la petición presentada sea concedida.
7. Hubo un tiempo en que dedicábamos noches eternas a la lujuria, a la jarana del mundo. ¿Por qué nos cansamos cuando se nos pide que velemos con el Señor? ¡Arriba, corazones perezosos, Jesús os llama! ¡Levantaos para encontraros con el Amigo en el lugar en que Él se manifiesta!
8. Debemos cuidar la oración como el centinela leal monta guardia sin desmayo. No debemos mantenerla medio hambrienta y débil como un bebé, sino con la fortaleza de un gigante.
9. El carro de nuestro Dios es un carro de fuego y sólo fuerzas fogosas pueden moverlo.
10. Nuestras devociones no se miden con el reloj. Pero el tiempo es esencial. La capacidad de esperar y continuar insistiendo. Los devocionales breves son la ruina de la piedad profunda.
7. La influencia de la oración
1. Pobre generación la que encuentra sus incensarios vacíos del rico incienso de la oración, la que ha tenido padres demasiado ocupados o demasiado incrédulos para orar. Afortunados aquellos cuyos padres y madres les han dejado un rico patrimonio de oración.
2. Con la ayuda de Dios podemos hacer todas las cosas, y podemos tener toda su ayuda si la pedimos.
3. Un espíritu intenso de oración se transforma en un agente mucho más destacado en su pequeña esfera de influencia. Si todos los discípulos tuvieran el máximo esfuerzo de oración, de oración perseverante, estaríamos a las puertas de una revolución en el mundo.
4. Sobre el liderazgo habituado a la oración: Solo los líderes que oran pueden tener seguidores que oran. Apóstoles que oran producirán santos que oran. Un púlpito de oración obtendrá una congregación que ora. Necesitamos con desesperación alguien que inste a los santos a orar.
5. Un avivamiento que trajera verdadera oración produciría una revolución espiritual.
6. Nuestras oraciones breves deben su precisión y eficiencia a las largas oraciones que las han precedido. El secreto de conocer a Dios y de tener influencia con Él es estar mucho tiempo solos con Él.
7. Una época que carezca de oración tendrá escasos modelos de poder divino.
8. Las oraciones de la Biblia son breves pero los hombres de oración ganaban con pocas palabras, y con largas esperas. Moisés oró cuarenta días y cuarenta noches. Elías pasó muchas horas en fiera lucha y elevada relación con Dios. Pablo “oraba sin cesar día y noche”. Cristo Hombre oró muchas noches completas, sus devociones constantes dieron a su obra su terminación y su perfección, y a su carácter la plenitud y la gloria de su divinidad.
9. Existe la sensación de que cuando un hombre ora no está haciendo nada. ¿No nos apoyamos demasiado en esta época en el poder de la carne? ¿No pueden hacerse hoy los mismos milagros que antaño?
10. La afirmación del filósofo bautista John Foster es la verdad más sencilla de Dios: “Mejor y más abundante oración producirá un triunfo más rápido y seguro a la causa de Dios; la oración débil, ritual, indiferente, trae decaimiento y muerte. La Iglesia tiene su ancla mayor en la cámara secreta; su arsenal está allí”.
8. Ejemplos de oración
1. El Señor estaba muy enojado, y a Moisés le dijo: “Déjame que los destruya.” Pero Moisés oró, y siguió orando; día y noche oró durante cuarenta días. Él mismo relata la lucha que mantuvo en oración: “Me postré delante de Jehová; no comí pan ni bebí agua, a causa de todo vuestro pecado.” Hombres como Moisés sabían cómo orar y cómo prevalecer en oración. Para ellos era un hecho que Dios escuchaba y contestaba, que su oído estaba abierto siempre al clamor de sus hijos. Todo era entonces, lo mismo que ahora, posible para los hombres y mujeres que sabían orar. ¡Qué rico y maravilloso poder obtenían aquellos que habían aprendido el secreto de cómo acercarse a Dios! En el caso de Moisés se salvó una nación.
2. “Puedes hacer algo más que orar después de que has orado — decía el santo doctor A. J. Gordon —, pero no puedes hacer nada más que orar antes de que hayas orado.”
3. “El mejor y más grandioso talento que Dios puede dar a un hombre o a una mujer en este mundo es el talento de la oración” — escribe el principal Alexander Whyte.
4. Ser pequeño con Dios es ser pequeño para Dios. William Wilberforce, dijo: “Debo obtener más tiempo para mis devociones privadas. He estado viviendo demasiado públicamente. El acortar las devociones privadas hace padecer al alma, la hace debilitarse y ser pobre. He estado desperdiciando muchas horas”.
5. La vida de oración de Lutero: Gozo, fe, esperanza en tiempos de prueba y humillación. Alimentaba constantemente estas virtudes mediante el diligente estudio de la Palabra de Dios. No pasaba un día en el que no dedicara al menos tres de sus mejores horas a la oración. Decía: “Sentía mi alma inflamarse en fuego dentro de mí, al escuchar al hombre dirigirse a Dios como si fuera un amigo y, sin embargo, con mucha seriedad y reverencia. Es maravilloso cómo un asunto que parecía oscuro se aclara como el agua al orar con la ayuda del Espíritu Santo”.
6. Lutero dijo: “Orar bien es estudiar bien”. Pasaba las tres mejores horas del día en oración; Jhon Welch oraba siete y ocho horas al día. Se levantaba de noche a orar. Su mujer lo encontraba de bruces sobre el piso sollozando. “Mujer, tengo que responder por tres mil almas y no sé que pasa con muchas de ellas”. En dos cosas persistió sin cesar: en el cultivo de la santidad y en el incansable esfuerzo por ganar almas.
7. Pablo, Lutero, Wesley fueron líderes de Dios porque eran poderosos en la oración. Hablar de hombres de oración es mucho más que hablar de un hábito... Son hombres para los cuales la oración es un arma poderosa, una energía que mueve los cielos y trae tesoros sin número a la tierra.
8. “Una sola noche de oración —dice Spurgeon— puede transformarnos en hombres nuevos, hacernos pasar de la pobreza de alma a la riqueza espiritual, del temblor al triunfo.” ¿No podríamos nosotros, al menos de vez en cuando, en estos años de mundanalidad agobiante, velar siquiera una noche para obtener tal relación enriquecedora con los cielos? Por la riqueza y por la ciencia los hombres son capaces de abandonar el abrigo de las camas, ¿y no podemos nosotros hacerlo de vez en cuando por amor a Dios y por el bien de las almas? Ojalá nos quedemos a menudo en Peniel y exclamemos con Jacob, mientras se asía del ángel: “¡Toda la noche he de permanecer y lucharé contigo hasta el amanecer!”.
9. Nadie puede alcanzar el éxito ni convertirse en un verdadero hombre de oración a menos que se aplique a ello intensamente. Perseverancia y determinación invencible de triunfar o morir en el intento. Homero W. Dodge.
10. Jonathan Edwards dijo: “Continué con mi búsqueda ansiosa, buscando más santidad y más semejanza a Cristo. El cielo que deseaba era el cielo de la santidad”.
EXTRAÍDO DE LA RECOPILACIÓN DEL LIBRO ‘UN TESORO DE ORACIÓN’
El libro es un resumen de los escritos de Bounds sobre oración.
Comentarios
Publicar un comentario