30 requisitos para el ministro fiel

30 requisitos, Ministros fieles

30 Requisitos para el ministro fiel

 

“¿De qué sirve un ministro perezoso?
Este no es bueno ni para el mundo,
ni para la iglesia, o para sí mismo.
Es una deshonra para la profesión más noble que puede ser otorgada a los hijos de los hombres”
(Spurgeon).

 

El vídeo de la enseñanza:



El audio de la enseñanza:


Lo que califica a un hombre o mujer para un liderazgo espiritual es un carácter piadoso, y un carácter piadoso establecido conforme al claro criterio que enumera Pablo (1 Timoteo 3:1-7).

 

Sin embargo, esta no es una lista rígida que demanda al que quiere servir a Cristo perfección en todas las áreas. Deberíamos, más bien, tomar esta lista y preguntar: “¿El hombre en cuestión deseará todas estas cosas con todo su corazón?”. Timoteo o Tito debían usar la lista para encontrar a los hombres que mejor llenen esa descripción, y después tomarla como una guía de entrenamiento para discipular a estos líderes.

 

Palabra fiel es ésta: Si alguno aspira al cargo de obispo, buena obra desea hacer. Un obispo debe ser, pues…

1 Timoteo 3:1-7

 

Estos 30 requisitos para el ministro son indicadores claros de un carácter piadoso y de madurez espiritual; pueden dar la verdadera medida de un hombre o mujer. Por lo tanto, estos requisitos son valiosos para cada persona, no solamente para aquellos que aspiran al liderazgo, pues resumen el carácter del varón perfecto, Cristo Jesús y todos deberíamos aspirar a llegar a su estatura:

 

Efesios 4:13

hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.

 

Ir a un seminario no hace que una persona califique para el liderazgo espiritual. Ser un buen orador no hace a una persona calificada para el liderazgo espiritual. Tener dones naturales o espirituales no hacen apta a una persona para el liderazgo espiritual. Lo que uno hace o da voluntariamente en tiempo o en dinero no lo autoriza para el liderazgo espiritual. Lo que habilita a una persona para el liderazgo espiritual es un carácter consagrado, y un carácter consagrado que vaya de acuerdo con estos claros criterios.

 

“¿De qué sirve un ministro perezoso?
Este no es bueno ni para el mundo,
ni para la iglesia, o para sí mismo.
Es una deshonra para la profesión más noble
que puede ser otorgada a los hijos de los hombres”
(Spurgeon).

 

Y sin más dilación pasamos a enumerar y describir brevemente cada uno de estos 30 requisitos para un ministro fiel:

 

1.             Irreprensible: 

 

Esta palabra literalmente significa: “Nada que pueda ser usado en contra”. No debe haber nada que otros puedan usar en su contra y para atacar a la iglesia.

 

“La palabra es una metáfora, tomada del caso de
un experto y hábil boxeador, que defiende de
tal manera cada parte de su cuerpo que
resulta imposible para su antagonista
el dar un golpe” (Clarke).

 

Este es un término amplio, usado para una persona que vive una vida recta y que puede ser visto como justo. Nadie puede ponerse de pie y acusarle de pecado grave.

En 1 de Timoteo 3:10, al hablar de los diáconos, Pablo usa la frase si son irreprensibles. Esto implica que ser irreprensible es demostrado por un historial de comportamiento.

 

En Tito: “El que fuere irreprensible”. Esta palabra literalmente significa “nada a que agarrarse”. No deberá haber nada en la vida del líder que otros puedan “agarrar” y usar para atacar su vida o a la iglesia.

 

Esto es importante, porque el ministro es administrador de la casa de Dios. Cuanto más grande es el amo, más grandeza se espera de los siervos.

 

2.             Marido de una sola mujer: 

 

La idea que se maneja aquí es: “Hombre de una sola mujer”. No es que el líder tenga que estar casado (si así lo fuera, Jesús y Pablo no podrían ser líderes espirituales en nuestras iglesias). La idea tampoco es que un líder nunca podría volver a casarse si su esposa hubiera fallecido o si se hubiera divorciado bíblicamente. La idea es que el amor, el afecto y el corazón se le dan a una sola mujer, a aquella que es su legítima esposa ante la ley.


Esto significa que el líder bíblico no es un mujeriego ni adúltero ni un seductor, y no muestra amor romántico ni interés sexual por otras mujeres, incluyendo representaciones o imágenes de mujeres en pornografía. La idea es que el líder debe enfocarse en una sola mujer, es decir, su esposa.

 

3.             Sobrio: 

 

Implica la idea de alguien que no es dado a los extremos. Son fieles y de confianza, y usted no tiene que preocuparse por cambios abruptos de visión, estado de ánimo o de acciones.

 

En la mente del Apóstol Pablo, esta era una cualidad importante en un líder, ya que usa esta palabra diez veces en sus cartas breves a Timoteo y Tito.

4.             Prudente:

Un hombre o mujer que sabe guardar secretos, que cubre la desnudez de los pecados y faltas de las personas a las que ayuda. Que considera cada vida y familia como un santuario que no debe ser profanado. 

 

También, describe a una persona que es capaz de pensar claramente y con seriedad. No son constantes bromistas, sino que saben lidiar con temas serios de una manera seria.

 

Wiersbe con relación a sobrio: “Esto no significa que un
hombre no tenga sentido de humor, o que siempre
debe ser solemne y sombrío. Más bien sugiere que conoce el
valor de las cosas y no rebaja el ministerio ni el mensaje
del Evangelio por un comportamiento necio”.
(Del comentario de Wiersbe a 1ra de Timoteo).

 

 

5.             Decoroso:

Lleva la idea de “ordenado”. Es la misma palabra traducida como modesto en 1 de Timoteo 2:9. 

 

“Ordenado, tal vez digno en el mejor
sentido de la palabra” (White).

6.             Hospedador:

Están dispuestos y pueden abrir las puertas de su hogar, tanto como para amigos como para extraños.

 

En Tito: “Sino hospedador”. Un líder entre el pueblo de Dios debe ser hospedador, y amante de lo bueno. Aquellos que aman las cosas sórdidas de este mundo no han calificado para ser líderes entre el pueblo de Dios.

 

7.             Apto para enseñar:

Lo suficientemente instruidos en la Biblia para enseñar, ya sea en un lugar público o en un lugar privado. Además, “maestro de piedad”, es decir, que vive lo que enseña.

8.             No dado al vino:

La idea es de no ser adicto al vino o a emborracharse. Este verso, en sí mismo, no prohíbe al liderazgo de Dios tomar bebidas alcohólicas, pero sí lo desalienta claramente.

9.             No Pendenciero:

Este es un hombre que no es dado a la violencia, ni pública ni en lo privado; un hombre o mujer que puede dejar que Dios pelee sus batallas.

“Los Griegos ampliaron el significado de esta
palabra para incluir, no solo la violencia en
acción, sino también la violencia en el habla.
La palabra vino a significar uno que
atemoriza a sus compañeros... aquí debería
traducirse así” (Barclay).

 

10.         No codicioso de ganancias deshonestas:

Esta traducción de la versión Reina-Valera 1960 lo describe de una manera memorable: No codicioso de ganancias deshonestas. En 1 Pedro se aclara esta idea “apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto” (1 Pedro 5:3).


“Repito que el hombre que no está
dispuesto a soportar la pobreza pacientemente,
inevitablemente se convertirá en víctima
de una perversa y despreciable avaricia”
(Calvino).

 

11.         Amable:

El tipo de persona que toma a Jesús como su ejemplo, no al último héroe de acción.

 

12.         Apacible:

El tipo de persona que no está peleando siempre por una u otra cosa. Sería quien ha aprendido de Jesús a ser manso y humilde de corazón (Mateo 11:29).

13.         No avaro:

Este pensamiento abarca más que la mera ambición por el dinero. El hombre avaro nunca está satisfecho con nada, siempre está en busca de algo más o algo diferente. Un hombre o mujer que está constantemente insatisfecho no es apto para el liderazgo entre el pueblo de Dios.

14.         Que gobierne bien su casa:

El líder consagrado demuestra su capacidad para dirigir primero su propia casa. Pablo reconocía que es en nuestro hogar donde nuestro cristianismo se demuestra primero.

Y añade Tito, que “tenga hijos creyentes” (Tito 1:6): el líder debe criar a sus hijos bien. Su habilidad de guiar la familia de Dios deberá primero ser demostrada por su habilidad de guiar a sus propios hijos. Es verdad que un niño puede rebelarse incluso en un buen hogar; pero ¿es la rebelión a causa de sus padres o a pesar del trabajo de sus padres? Esta es la pregunta que debe plantearse.

 

Es significativo que los requerimientos morales de los hijos del pastor son levemente expresados en 1 de Timoteo 2:4, 5, 12. Es ahí donde se hace énfasis en el poder del padre para mantener orden en su propia casa; de aquí la sumisión de los hijos a la disciplina y restricción.

 

“La familia del anciano debe ser tal que no
pueda ser acusada de
disolución. La palabra
Griega es asotia. Es la palabra usada
en Lucas 15:13 para describir que
el hijo pródigo estuvo viviendo perdidamente.
El hombre que es asotos es
malgastador y extravagante y
derrama su porción en placer personal:
destruye su porción y al final se arruina él mismo”
 (Barclay).

 

15.         No un neófito:

Neófito literalmente significa “recién plantado”. A los recién convertidos no se les debe dar una posición de liderazgo demasiado pronto. El líder debe estar mucho más allá de la etapa de neófito en su desarrollo espiritual. 

 

“Los neófitos no solo son atrevidos e impetuosos,
sino que están hinchados de una tonta
confianza en sí mismos, como si pudieran
volar más allá de las nubes”
(Calvino).


Promover a un neófito demasiado pronto da ocasión para un gran pecado, el orgullo, en imitación al diablo mismo.

 

16.         Buen testimonio:

Estas características deben ser evidentes para que todos, incluso los no creyentes las puedan ver. El líder potencial debe ser un buen cristiano fuera de las paredes de la iglesia.

 

Las características que siguen están basadas en 1 Timoteo 3:8-13 (palabras a los diáconos y diaconisas).

 

17.         Honestos:

Alguien honesto tiene un inquebrantable compromiso con la verdad y la justicia. Es transparente, sincero y recto en su comportamiento. No miente ni no oculta la verdad deliberadamente y no se apropia de lo que no le pertenece. Además, respeta los principios del reino de Dios, aunque le cueste sacrificio personal, mostrando un respeto apropiado hacia Dios y los hombres.

 

18.         Sin doblez:

Un hombre o mujer que dice la verdad desde la primera vez, sin ninguna intención de engañar. No con una doble vida o versión de sí mismo dependiendo del lugar o contexto en que se mueve.

19.         Que guarden el misterio de la fe:

Aquellos que se adhieren a la doctrina correcta, con convicción sincera y con “limpia conciencia”, esto es, con la certeza y aspiración constante a vivir la vida del reino como auténticos discípulos de Cristo Jesús.

20.         Sean sometidos a prueba primero:

Un hombre o mujer demuestra ser apto para el cargo en la iglesia con su conducta y fidelidad. Los diáconos y los obispos han de ser primero reconocidos y después designados.

 

Las mujeres así mismo:

 

21.         No calumniadoras: 

Un calumniador o calumniadora es alguien que lanza acusaciones falsas con la intención de dañar la reputación de otra persona. Es difícil pensar que alguien que quiere servir a Cristo, desee a su vez dañar a alguien. ¿Pero qué sucede si lo hacemos por torpeza o falta de verificar los hechos? Los ministros deben guardarse de difamar con o sin intención y de extender calumnias, entendiendo que no todo lo que oímos en forma de acusaciones o críticas es necesariamente cierto.


“Literalmente, no demonios. Esto pudiera ser
también traducido como 
difamadoras, traicioneras,
chismosas
, pues todas estas son (características)
de su padre, el diablo, y los deseos de éste
ellas cumplirán” (Clarke).

 

Seguimos con los requisitos basándonos ahora en el pasaje de Tito 1:5-9. “Y establecieses ancianos en cada ciudad”. Ancianos y obispos, describe a los pastores sobre congregaciones en diferentes ciudades de Creta. Pablo le dijo a Tito que establezca ancianos, que también son llamados obispos en Tito 1:7. La palabra anciano se usa generalmente en el Nuevo Testamento describiendo la madurez necesaria en los líderes. 

 

22.         No soberbio:

Básicamente, gente egoísta queda descalificada del liderazgo. Son los que muestran una naturaleza soberbia en arrogancia, testarudez y un orgulloso enfoque personal.

 

“No uno que está determinado a tener su propia
voluntad en todo; poniendo su propio juicio por
encima de el de los demás; esperando
que todos rindan homenaje a su entendimiento”
(Clarke).

 

23.         No iracundo:

Los iracundos también son descalificados del liderazgo, al igual que los que beben más de lo apropiado (no dado al vino), los pendencieros, y aquellos codiciosos de ganancias deshonestas.

 

La palabra del antiguo Griego usada aquí (orgilos) en realidad no se refiere a un estado estable de ira, sino a malhumorarse repentinamente por mal temperamento. Habla de un hombre que tiene constante ira cociendo a fuego lento, y que nutre su ira en contra de otros. Es cercana a la idea de un hombre amargado.

 

24.         Justo.

25.         Santo, 

26.         Dueño de sí mismo: un pastor o líder en la iglesia debe ser justo (recto para con los hombres), santo (recto para con Dios), dueño de sí mismo (recto para consigo mismo).

 

“¡Qué poco apropiados son para gobernar
sobre una iglesia aquellos que no
pueden gobernarse a sí mismos!”
(Matthew Henry).

 

27.         Retenedor de la palabra fiel:

Esto significa primero que el líder debe estar seguro de la palabra fiel por sí mismo. Cuando trae la palabra de Dios a la gente debe compartirla con confianza y autoridad, no mezclada con especulaciones teológicas y dudas académicas.

 

Retenedor de la palabra fiel también significa que el líder debe apegarse a la palabra de Dios, en lugar de un enfoque en modas y programas para la iglesia. Si un hombre no se apega a la palabra de Dios no está calificado para ejercer liderazgo en la iglesia de Dios.

 

Tal como ha sido enseñado: esto significa que el líder ha estado bajo la enseñanza de otra persona. Un líder calificado no necesariamente debe ir al Colegio Bíblico o Seminario, pero sí necesitan ser enseñados y discipulados por alguien, no sólo por sí mismos.

28.         Para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen.


Un líder piadoso usará su sólido fundamento en la palabra de Dios para exhortar (animar) a aquellos quienes están en el camino correcto. Y lo usará también para convencer (desanimar) a aquellos que están en el camino equivocado: los que contradicen.

“Un predicador debe ser tanto un soldado
como un pastor. Debe nutrir, defender y enseñar;
debe tener dientes en su boca y ser capaz
de morder y pelear”. (Lutero)

 

Con sana enseñanza: un líder piadoso lidia con los que contradicen, y lo hace con sana enseñanza. No lo hace con autoridad presuntuosa ni traiciones políticas. Trae corrección con la sana enseñanza.

 

Si un líder no tiene una base en la sana enseñanza para exhortar o convencer a un individuo, probablemente no debería estar en liderazgo. Los líderes necesitan permanecer en el fundamento de la palabra.

 

Finalmente, los dos últimos requisitos los extraemos de 1 Pedro 5:5-8.

 

29.         Sumisos unos a otros, revestíos de humildad (egkomboma); porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo.

 

Para “revestíos de humildad” se usa la palabra griega egkomboma que solo aparece una vez en el Nuevo Testamento. El egkomboma era el pañuelo o delantal blanco de los esclavos, que se sujetaba al cinto del chaleco y distinguía a los esclavos de los hombres libres; por lo tanto, 1 Pedro 5:5 “vístanse de humildad”, era una vestimenta servil, es decir, vistiéndose de esclavos humildes, muestren su sujeción los unos a los otros. Se sabe que no pocos de los primeros cristianos se vendieron como esclavos para poder predicar el evangelio a los que estaban en esclavitud. El sentido aquí es que debían vestirse de humildad como una prenda atada firmemente a ellos, como un sirviente ataba firmemente a él el delantal que era significativo de su posición.

 

Por lo tanto, hay una fuerza peculiar en el uso de esta palabra aquí, que denota una mente humilde. Los hombres y mujeres de Dios deben estar dispuestos a ocupar cualquier lugar y desempeñar cualquier cargo, por humilde que sea, para servir y beneficiar a los demás. No deben asumir un estilo y dignidad de estado y autoridad, como si fueran señores sobre los demás, o como si fueran mejores que los demás, sino que han de estar dispuestos a ocupar cualquier puesto, por humilde que sea, mediante el que puedan honrar a Dios. 

 

30.         Alerta en oración constante.

 

1 Pedro 5:7-9 dice “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo”.

 

El hombre y mujer de Dios han de ser, ante todo, un hombre y mujer de oración.

 

“Solo los líderes que oran pueden tener seguidores que oran. Apóstoles que oran producirán santos que oran. Un púlpito de oración obtendrá una congregación que ora. Necesitamos con desesperación alguien que inste a los santos a orar”. E. M. Bounds.

 

“Una sola noche de oración —dice Spurgeon— puede transformarnos en hombres nuevos, hacernos pasar de la pobreza de alma a la riqueza espiritual, del temblor al triunfo.” ¿No podríamos nosotros, al menos de vez en cuando, en estos años de mundanalidad agobiante, velar siquiera una noche para obtener tal relación enriquecedora con los cielos? Por la riqueza y por la ciencia los hombres son capaces de abandonar el abrigo de las camas, ¿y no podemos nosotros hacerlo de vez en cuando por amor a Dios y por el bien de las almas? Ojalá nos quedemos a menudo en Peniel y exclamemos como Jacob, mientras se asía del ángel: Toda la noche he de permanecer y lucharé contigo hasta el amanecer”.

 

“Debemos aprender de nuevo el valor de la oración, entrar otra vez en la escuela de la oración. Aferrar con mano de hierro las mejores horas del día para Dios y la oración. ¿Quién ora como lo hizo Jacob, hasta ser coronado? ¿Quién ora como oró Elías, hasta desatar las fuerzas de la naturaleza? ¿Quién ora como oró Jesucristo?”. E. M. Bounds.

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