El último informe de Qustodio, llamado ‘Conectados Más Que Nunca: Apps y nativos digitales: la nueva normalidad’ me ha dejado pensando mucho en cómo proteger mejor a nuestros hijos en estos tiempos de hiperconectividad. Por cierto, Qustodio es una de las mejores aplicaciones de control parental (os la recomiendo). Este estudio, elaborado por expertos, ha sido empleado por el New York Times para analizar las tendencias y perspectivas 2019-2020 sobre los hábitos digitales, y los efectos de la Covid-19. Los profesionales (psicólogos, médicos, abogados y especialistas en tecnología y bienestar) concluyen que hemos asistido al nacimiento de una nueva normalidad y que nunca recuperaremos los niveles de 2019.
Actualmente, se estima que existen unos 25 mil millones de dispositivos con conexión a Internet en el mundo, muchos de los cuales están en manos de menores. Este aumento del número de dispositivos y del tiempo que pasan nuestros hijos delante de las pantallas significa que están más expuestos a los contenidos potencialmente inapropiados, peligrosos o adictivos y los ciberdepredadores.
Nos dice el informe que, a principios de 2020, antes del inicio de la cuarentena por el coronavirus, los niños pasaban más tiempo que nunca conectados a Internet. Médicos, psicólogos e incluso los propios desarrolladores de aplicaciones daban la voz de alarma sobre la necesidad de proteger la privacidad, la seguridad y el bienestar digital de los usuarios. Después llegó la pandemia, y la tendencia a pasar cada vez más tiempo delante de la pantalla se disparó hasta aumentar más de un 200%.
Por poner algunos ejemplos, los niños norteamericanos pasan actualmente una media de 100 minutos al día en YouTube; los británicos dedican casi 70 minutos diarios a TikTok; los españoles juegan a Roblox más de 90 minutos cada día, y el número de niños que utiliza Internet para continuar su educación ha aumentado un 100% en todo el planeta.
Comenta Georgie Powell (1) que, “este aumento del número de dispositivos y del tiempo que pasan nuestros hijos delante de la pantalla significa que están más expuestos a los contenidos potencialmente inapropiados, peligrosos o adictivos y los ciberdepredadores”. Creo que no solo le ha sucedido esto a los menores y jóvenes en general. Todos nos hemos visto avocados a una hiperconectividad durante la pandemia. Añade Powell que este aumento de horas también “implica que dedican menos tiempo a otras actividades fundamentales para garantizar su bienestar físico y mental, como hacer ejercicio, descansar e interactuar con otras personas en el mundo real”. Y remata su análisis con esta inquietante sentencia: En definitiva, nuestros hijos están en peligro, y ese peligro es cada vez mayor.
Nos dice María Guerrero (2): “Un estudio longitudinal llevado a cabo por el King’s College de Londres ha descubierto que los problemas psicológicos como la depresión, la ansiedad, el estrés, los trastornos del sueño o el bajo rendimiento académico han aumentado entre los niños y los adolescentes como consecuencia de la adicción a los móviles. Esta universidad ha analizado 41 estudios diferentes realizados entre 42 000 niños y adolescentes británicos a lo largo de un periodo de 7 años, y ha establecido un vínculo entre la adicción a los teléfonos móviles en los jóvenes y el desarrollo de trastornos mentales como patrones de apego inseguros, aislamiento social y baja autoestima”.
1- Mejora la comunicación con tus hijos: acompáñales mientras ven vídeos en Internet y juega con ellos a los videojuegos siempre que sea posible.
2- Apagar las pantallas 1 hora antes de acostaros para evitar la exposición a las luces azules y mejorar el sueño. La tecnología no puede sustituir las horas de sueño.
3- Procura mantener un estilo de vida activo. Los videojuegos no deben sustituir la actividad física. Realiza como mínimo 60 minutos de ejercicio al día.
4- La mayoría de juegos, vídeos y redes sociales están diseñados específicamente para resultar adictivos. Establecer tiempos límite es clave. Recomendamos descansos cada 45 minutos.
5- Señala a tus hijos modelos de comportamiento positivos que puedan seguir en las redes sociales y asegúrate de ser un ejemplo en el uso de tus redes.
6- Coloca la consola en una zona común de la casa y asegúrate de que tus hijos dejen sus dispositivos fuera del dormitorio a la hora de acostarse.
7- Consulta la calificación de los videojuegos.
Louv sostiene que el aumento desmesurado de la tecnología ha provocado la aparición del denominado trastorno por déficit de naturaleza.
Actualmente, se estima que existen unos 25 mil millones de dispositivos con conexión a Internet en el mundo, muchos de los cuales están en manos de menores. Este aumento del número de dispositivos y del tiempo que pasan nuestros hijos delante de las pantallas significa que están más expuestos a los contenidos potencialmente inapropiados, peligrosos o adictivos y los ciberdepredadores.
Nos dice el informe que, a principios de 2020, antes del inicio de la cuarentena por el coronavirus, los niños pasaban más tiempo que nunca conectados a Internet. Médicos, psicólogos e incluso los propios desarrolladores de aplicaciones daban la voz de alarma sobre la necesidad de proteger la privacidad, la seguridad y el bienestar digital de los usuarios. Después llegó la pandemia, y la tendencia a pasar cada vez más tiempo delante de la pantalla se disparó hasta aumentar más de un 200%.
Por poner algunos ejemplos, los niños norteamericanos pasan actualmente una media de 100 minutos al día en YouTube; los británicos dedican casi 70 minutos diarios a TikTok; los españoles juegan a Roblox más de 90 minutos cada día, y el número de niños que utiliza Internet para continuar su educación ha aumentado un 100% en todo el planeta.
Comenta Georgie Powell (1) que, “este aumento del número de dispositivos y del tiempo que pasan nuestros hijos delante de la pantalla significa que están más expuestos a los contenidos potencialmente inapropiados, peligrosos o adictivos y los ciberdepredadores”. Creo que no solo le ha sucedido esto a los menores y jóvenes en general. Todos nos hemos visto avocados a una hiperconectividad durante la pandemia. Añade Powell que este aumento de horas también “implica que dedican menos tiempo a otras actividades fundamentales para garantizar su bienestar físico y mental, como hacer ejercicio, descansar e interactuar con otras personas en el mundo real”. Y remata su análisis con esta inquietante sentencia: En definitiva, nuestros hijos están en peligro, y ese peligro es cada vez mayor.
Nos dice María Guerrero (2): “Un estudio longitudinal llevado a cabo por el King’s College de Londres ha descubierto que los problemas psicológicos como la depresión, la ansiedad, el estrés, los trastornos del sueño o el bajo rendimiento académico han aumentado entre los niños y los adolescentes como consecuencia de la adicción a los móviles. Esta universidad ha analizado 41 estudios diferentes realizados entre 42 000 niños y adolescentes británicos a lo largo de un periodo de 7 años, y ha establecido un vínculo entre la adicción a los teléfonos móviles en los jóvenes y el desarrollo de trastornos mentales como patrones de apego inseguros, aislamiento social y baja autoestima”.
¿Qué nos proponen los expertos a nosotros como padres o educadores?
Consejos de psicólogos, médicos, abogados y especialistas en tecnología y bienestar para educar a los nativos digitales.1- Mejora la comunicación con tus hijos: acompáñales mientras ven vídeos en Internet y juega con ellos a los videojuegos siempre que sea posible.
2- Apagar las pantallas 1 hora antes de acostaros para evitar la exposición a las luces azules y mejorar el sueño. La tecnología no puede sustituir las horas de sueño.
3- Procura mantener un estilo de vida activo. Los videojuegos no deben sustituir la actividad física. Realiza como mínimo 60 minutos de ejercicio al día.
4- La mayoría de juegos, vídeos y redes sociales están diseñados específicamente para resultar adictivos. Establecer tiempos límite es clave. Recomendamos descansos cada 45 minutos.
5- Señala a tus hijos modelos de comportamiento positivos que puedan seguir en las redes sociales y asegúrate de ser un ejemplo en el uso de tus redes.
6- Coloca la consola en una zona común de la casa y asegúrate de que tus hijos dejen sus dispositivos fuera del dormitorio a la hora de acostarse.
7- Consulta la calificación de los videojuegos.
8- Una buena regla general es: por cada hora de pantalla, una hora de aire fresco.
La teoría de la restauración de la atención (Rachel y Stephen Kaplan), afirma que la gente puede concentrarse mejor después de pasar tiempo en la naturaleza, y que, para tener una vida saludable, hay que contrarrestar el tiempo que estamos utilizando los dispositivos con pantallas con el mismo tiempo de actividad en un entorno natural.
Baños de Bosque
Especial mención merece la recomendación de Joan Amorós (3): baños de bosque. El cerebro de niños y jóvenes se ha habituado a manejar aplicaciones y navegar por internet en dispositivos móviles de una forma cuotidiana y fácil; para ellos, la naturaleza se ha reducido a un estímulo lento. Las pruebas indican que las experiencias en los espacios naturales pueden paliar los síntomas del trastorno por déficit de atención con hiperactividad, mitigar la depresión y la ansiedad, ayudar a prevenir o reducir la obesidad y la miopía, reforzar el sistema inmune y reporta muchas otras ventajas para la salud física y psicológica. De aquí el auge de los llamados “Baños de Bosque”.
Trastorno por déficit de naturaleza
Tras una década entrevistando a familias rurales y urbanas de Estados Unidos, Richard Louv ha concluido que muchos niños y adultos no tienen suficiente contacto con la naturaleza. La creencia popular de que el medio natural ejerce una influencia positiva y directa sobre la salud está pasando de la teoría a la demostración a través de investigaciones con resultados convincentes.Louv sostiene que el aumento desmesurado de la tecnología ha provocado la aparición del denominado trastorno por déficit de naturaleza.
La conclusión del informe será también la mía: Que sean nativos digitales no significa que sean expertos digitales y puedan desenvolverse por sí solos en el mundo digital. Es nuestra obligación como educadores y padres hacer todo lo que esté en nuestra mano para protegerlos y ayudarles. En cuanto a padres y madres, es fundamental que dediquen más tiempo a poder entender la tecnología que utilizan sus hijos y que se tomen en serio las amenazas online. En palabras de Eduardo Cruz, director general y cofundador de Qustodio: «Si tenemos hijos digitales, necesitamos ser padres digitales».
(1) Georgie Powell es la embajadora de Qustodio en Reino Unido y la primera ejecutiva de Phone/Life Balance, una empresa que ofrece apoyo a los investigadores interesados en el bienestar digital. Es madre de dos niñas pequeñas.
(2) María Guerrero Moya tiene un máster en Psicología General Sanitaria, es doctora en Psicología y lleva más de 20 años ayudando a niños, parejas y familias. También es madre de dos hijos.
(3) Joan Amorós es Psicólogo especializado en coaching de equipos. Fundador de Desconnexions y Director de Mobile Free Life. En ambos proyectos promueven una desconexión de las pantallas y el día a día para conseguir relaciones y conexiones más reales. Trabaja a través de la naturaleza, creando experiencias, formaciones e intervenciones para el cambio. Como padre, trabaja para una Transición Digital Sostenible.
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