Poema: El barco pirata.
Pirata o bucanero es el que va
de saqueo en saqueo
y mata por maldad
y no tiene piedad,
salvo por los de su misma sangre,
que no siempre es el caso.
Y en un barco pirata
el capitán (el más cruel
y temible; el más ladrón
y payaso) gobierna el paso.
Su bandera es la ambición,
su brújula, la traición,
el viento para sus velas
adueñarse del mar y hacer mal.
Un día, los piratas,
saquearon una isla
y el único pobre que escapa,
el más ingenuo aldeano,
se les hizo polizón.
Ciento diez leguas más tarde
al pobre lo descubrieron.
-“¿Qué ganáis con mi muerte?
Mejor dadme cubo y mochete”.
Fue el esclavo de todos,
el que servía en cadenas.
Mas, para corolario,
bien nos valdrá de notario.
Vio peleas; violaciones;
engaños y ejecuciones;
vio al capitán conspirar;
y batallas; y abordajes.
Pero era iluso, era ingenuo,
era soñador (por no decir lelo).
Pues mil lunas más tarde,
cuando murió el capitán,
tuvo esperanza de cambio
soñó con un barco mejor.
Al final, los piratas son piojos
y el bucanero que manda el peor.
¡Gobernante!
¡A los despojos!
Capitán de los piojos.
Cuando naciones dejan de ser
medianamente decentes,
y nos gobiernan truhanes,
y los volvemos a escoger,
existen dos explicaciones:
Una sociedad atontada,
distraída o alienada.
Una crítica desde el espanto y frustración, por lo que pasa en muchas naciones con nuestros gobernantes y con la capacidad que demostramos, insultante para toda lógica, de volverlos a elegir.
Pirata o bucanero es el que va
de saqueo en saqueo
y mata por maldad
y no tiene piedad,
salvo por los de su misma sangre,
que no siempre es el caso.
Y en un barco pirata
el capitán (el más cruel
y temible; el más ladrón
y payaso) gobierna el paso.
Su bandera es la ambición,
su brújula, la traición,
el viento para sus velas
adueñarse del mar y hacer mal.
Un día, los piratas,
saquearon una isla
y el único pobre que escapa,
el más ingenuo aldeano,
se les hizo polizón.
Ciento diez leguas más tarde
al pobre lo descubrieron.
-“¿Qué ganáis con mi muerte?
Mejor dadme cubo y mochete”.
Fue el esclavo de todos,
el que servía en cadenas.
Mas, para corolario,
bien nos valdrá de notario.
Vio peleas; violaciones;
engaños y ejecuciones;
vio al capitán conspirar;
y batallas; y abordajes.
Pero era iluso, era ingenuo,
era soñador (por no decir lelo).
Pues mil lunas más tarde,
cuando murió el capitán,
tuvo esperanza de cambio
soñó con un barco mejor.
Al final, los piratas son piojos
y el bucanero que manda el peor.
¡Gobernante!
¡A los despojos!
Capitán de los piojos.
Cuando naciones dejan de ser
medianamente decentes,
y nos gobiernan truhanes,
y los volvemos a escoger,
existen dos explicaciones:
Una sociedad atontada,
distraída o alienada.
O que nos hemos hecho piratas,
que lejos de asquear
por fechorías, traiciones,
robos y maldiciones...
lo vemos algo normal,
y solo medimos qué nueva ayuda
(o qué nuevo timo)
que lejos de asquear
por fechorías, traiciones,
robos y maldiciones...
lo vemos algo normal,
y solo medimos qué nueva ayuda
(o qué nuevo timo)
nos puede beneficiar.
Si hemos lanzado por borda los principios.
Si hemos secuestrado la memoria,
para que no proteste y moleste.
Si solo vivimos el hoy
y nos conformamos con que nos lideren sin naufragar,
nos hemos convertido en barco pirata
y no nos debe extrañar
lo que ponemos al timón.
Espero no parecerme a aquel triste polizón.
Si hemos lanzado por borda los principios.
Si hemos secuestrado la memoria,
para que no proteste y moleste.
Si solo vivimos el hoy
y nos conformamos con que nos lideren sin naufragar,
nos hemos convertido en barco pirata
y no nos debe extrañar
lo que ponemos al timón.
Espero no parecerme a aquel triste polizón.
En Murcia, el 14 de noviembre de 2020.
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