ARREPENTIMIENTO Y CONVERSIÓN
La conversión es un milagro obrado por Dios en el interior de los hombres que produce un cambio radical en la vida. Sin duda, todos los creyentes podemos hablar de un antes y un después desde aquel día en el que algo misterioso y profundo hizo el Espíritu Santo dentro de nosotros.No se trata de un cambio superficial fruto de un adoctrinamiento religioso, un esfuerzo humano o de emociones y sentimientos que nos envuelven. Estamos hablando de la llegada de la vida de Dios a nuestro espíritu muerto y la subsiguiente manifestación de su amor haciendo nuevas todas las cosas.
Parte de esta conversión es totalmente consciente y precisa del acuerdo de nuestra voluntad para llevarse a cabo. Pero en otra medida es la pura gracia del Señor haciendo algo que escapa a nuestra percepción y participación.
Dice el evangelio de Juan, capítulo 1 y versos 11 al 13: “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Pero a todos los que le recibieron, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre, que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios”. Vemos aquí que recibir a Cristo y llegar a ser hijos de Dios es una obra de Dios, un nuevo nacimiento espiritual (Juan 3: 1-10). Este renacer nos hace volvernos a Dios y convertirnos.
Vamos a intentar describir esa obra del Espíritu Santo que cuenta en parte con nuestra colaboración y en parte no, y que se manifiesta en cada individuo salvado como una auténtica conversión.
LA CONVERSIÓN: ARREPENTIMIENTO Y FE
Cuando el cambio operado en la regeneración empieza a manifestarse en la vida consciente, lo llamamos conversión.
La proclamación incesante de Dios en todos los tiempos ha sido, y sigue siendo, esa: que los hombres se arrepientan y le crean.
Ezequiel 18:30-31: Por tanto, os juzgaré, a cada uno conforme a su conducta, oh casa de Israel--declara el Señor DIOS--. Arrepentíos y apartaos de todas vuestras transgresiones, para que la iniquidad no os sea piedra de tropiezo. (31) Arrojad de vosotros todas las transgresiones que habéis cometido, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué habéis de morir, casa de Israel?
Marcos 1:15: y diciendo: El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio.
Hechos 20:21: testificando solemnemente, tanto a judíos como a griegos, del arrepentimiento para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesucristo.
No es lo mismo que un remordimiento por el mal que hemos causado o por lo que estamos sufriendo debido al pecado come do. Implica un cambio y una fe operados por Dios.
Mateo 27:3-5: Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que Jesús había sido condenado, sintió remordimiento y devolvió las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, (4) diciendo: He pecado entregando sangre inocente. Pero ellos dijeron: A nosotros, ¿qué? ¡Allá tú! (5) Y él, arrojando las piezas de plata en el santuario, se marchó; y fue y se ahorcó.
La conversión puede ser definida como el acto divino por el cual Dios hace al regenerado volverse a El de un modo consciente, con arrepentimiento y fe. Dios es el autor.
1ª Corintios 4:7: Porque ¿quién te distingue? ¿Qué tienes que no recibiste? Y si lo recibiste, ¿por qué te jactas como si no lo hubieras recibido?
Mientras que en la regeneración es Dios solamente quien obra y el hombre el objeto de esta obra de gracia; en la conversión la persona regenerada es llamada a cooperar. Es un cambio consciente y no inconsciente.
La conversión es también un cambio momentáneo y no un proceso como la santificación. Comprende dos elementos, uno negativo (arrepentimiento) y otro positivo (fe).
ARREPENTIMIENTO
a_El arrepentimiento ene que ver con el pasado. Es el elemento negativo de la conversión. El arrepentimiento es obra de Dios.
Hechos 5:31: A éste Dios exaltó a su diestra como Príncipe y Salvador, para dar arrepentimiento a Israel, y perdón de pecados.
Hechos 11:18: Y al oír esto se calmaron, y glorificaron a Dios, diciendo: Así que también a los gentiles ha concedido Dios el arrepentimiento que conduce a la vida.
2ª Timoteo 2:25: corrigiendo tiernamente a los que se oponen, por si acaso Dios les da el arrepentimiento que conduce al pleno conocimiento de la ver-dad.
b_Nuestro buen Dios, por su Espíritu nos guía a arrepentirnos.
Romanos 2:4: ¿O tienes en poco las riquezas de su bondad, tolerancia y paciencia, ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento?
c_Creando una clara conciencia de pecado por el Espíritu
Juan 16:7-11: Pero yo os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré.
Y cuando El venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio; de pecado, porque no creen en mí; (10) de justicia, porque yo voy al Padre y no me veréis más; (11) y de juicio, porque el príncipe de este mundo ha sido juzgado.
Hechos 2:36-38: Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo. (37) Al oír esto, compungidos de corazón, dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: Hermanos, ¿qué haremos? (38) Y Pedro les dijo: Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.
d_En el arrepentimiento está el elemento de la confesión del pecado y de abandonarlo definitivamente
Proverbios 28:13: El que encubre sus pecados no prosperará, mas el que los confiesa y los abandona hallará misericordia.
1ª Juan 1:9: Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para lim-piarnos de toda maldad.
Isaías 55:7: Abandone el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase al SEÑOR, que tendrá de él compasión, al Dios nuestro, que será amplio en perdonar.
e_Podemos definirla como el cambio operado en la vida consciente del pecador, mediante el cual éste se aparta del pecado.
f_El arrepentimiento incluye: una visión de la vida pasada en pecado, un sen miento de culpa, contaminación e impotencia (Ezequiel 36:31-32), un sentimiento de tristeza por el pecado contra Dios y los hombres (2ª Corintios 7:8-11), y un cambio de propósito, repudiando internamente el pecado (Salmo 119:104, 128) y buscando perdón y limpieza (Isaías 1:16-18). Ahora sólo desearemos agradar a Dios en todo (2ª Corintios 5:9).
Ezequiel 36:31-32: ‘Entonces os acordaréis de vuestros malos caminos y de vuestras obras que no eran buenas, y os aborreceréis a vosotros mismos por vuestras iniquidades y por vuestras abominaciones.
‘No hago esto por vosotros’--declara el Señor DIOS-- ‘sabedlo bien. Avergonzaos y abochornaos de vuestra conducta, casa de Israel.’
2ª Corintios 7:8-11: Porque si bien os causé tristeza con mi carta, no me pesa; aun cuando me pesó, pues veo que esa carta os causó tristeza, aunque sólo por poco tiempo; (9) pero ahora me regocijo, no de que fuisteis entristecidos, sino de que fuisteis entristecidos para arrepentimiento; porque fuisteis entristecidos conforme a la voluntad de Dios, para que no sufrierais pérdida alguna de parte nuestra. (10) Porque la tristeza que es conforme a la voluntad de Dios produce un arrepentimiento que conduce a la salvación, sin dejar pesar; pero la tristeza del mundo produce muerte. (11) Porque mirad, ¡qué solicitud ha producido en vosotros esto, esta tristeza piadosa, qué vindicación de vosotros mismos, qué indignación, qué temor, qué gran afecto, qué celo, qué castigo del mal! En todo habéis demostrado ser inocentes en el asunto.
Salmo 119:104: De tus preceptos recibo entendimiento, por tanto aborrezco todo camino de mentira.
Salmo 119:128: Por tanto, estimo rectos todos tus preceptos acerca de todas las cosas, y aborrezco todo camino de mentira.
Isaías 1:16-18: Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras obras de delante de mis ojos; cesad de hacer el mal, (17) aprended a hacer el bien, buscad la justicia, reprended al opresor, defended al huérfano, abogad por la viuda. (18) Venid ahora, y razonemos --dice el SEÑOR-- aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, como blanca lana quedarán.
El arrepentimiento incluye: una visión de la vida pasada en pecado, un sentimiento de culpa, contaminación e impotencia, un sen miento de tristeza por el pecado contra Dios y los hombres, y un cambio de propósito, repudiando internamente el pecado buscando perdón y limpieza. Ahora sólo desearemos agradar a Dios en todo.
g_Puesto que no hay pecado tan pequeño que no merezca la condenación, ni pecado tan grande que acarree condenación a aquellos que se arrepienten, es necesaria la predicación constante del arrepentimiento. Teniendo presente la promesa de 1ª Juan 1:9.
1ª Juan 1:9: Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar-nos los pecados y para limpiarnos de toda maldad.
FE
Es el elemento positivo en la conversión. Al revés del arrepentimiento la fe mira al futuro. La Biblia hace énfasis en la necesidad de fe para la salvación. La fe salvadora ene su asiento en el corazón y su arraigo en la vida regenerada. Su semilla es plantada en la regeneración (nos es dado un espíritu de fe), y florece en forma de una fe activa.
Puede ser definida como una convicción positiva, operada en el corazón por el Espíritu Santo, respecto a la verdad del Evangelio, y una confianza de corazón en las promesas de Dios en Cristo.
La fe incluye: un reconocimiento positivo de la verdad revelada en la Palabra de Dios, un discernimiento espiritual, un conocimiento cierto, una idea clara de las verdades fundamentales del Evangelio, una fuerte convicción de la importancia de la verdad de la palabra (asen miento) donde la verdad se apodera del alma, una confianza personal en Cristo como Salvador y Señor que incluye la rendición a Cristo del alma culpable y manchada, y una plena confianza en Él como única fuente de perdón y vida espiritual.
El objeto de la fe salvadora es, en último término, Jesucristo; y en Él se basa toda esperanza de salvación.
Juan 3:16: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Esta fe no es de origen humano, sino un don de Dios (Gálatas 5:22; Efesios 2:18); pero su ejercicio y desarrollo es un acto humano al cual los hijos de Dios son exhortados reiteradamente. (Romanos 10:9; 1ª Corintios 2:5; Colosenses 1:23; 1ª Timoteo 1:5; 6-11).
Gálatas 5:22: Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad.
Efesios 2:18: porque por medio de Él los unos y los otros tenemos nuestra entrada al Padre en un mismo Espíritu.
Romanos 10:9: que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo;
1ª Corintios 2:5: para que vuestra fe no descanse en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
Colosenses 1:23: si en verdad permanecéis en la fe bien cimentados y constantes, sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, que fue proclamado a toda la creación debajo del cielo, y del cual yo, Pablo, fui hecho ministro.
1ª Timoteo 1:5: Pero el propósito de nuestra instrucción es el amor nacido de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe sincera.
1ª Timoteo 6-11: Pero tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la perseverancia y la amabilidad.
La fe salvadora ene su asiento en el corazón y su arraigo en la vida regenerada.
ARREPENTÍOS Y CONVERTÍOS
Hechos 3:19: Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que vuestros pecados sean borrados, a fin de que tiempos de refrigerio vengan de la presencia del Señor.
Arrepentimiento y conversión son necesarios. El arrepentimiento es un cambio de mente y de actitud, producto de esa nueva vida que Dios ha depositado en nosotros. Es una convicción profunda de que debo volver a Dios. Pero la conversión es la acción misma de volver a Dios.
1ª Tesalonicenses 1:9: Pues ellos mismos cuentan acerca de nosotros, de la acogida que tuvimos por parte de vosotros, y de cómo os convertisteis de los ídolos a Dios para servir al Dios vivo y verdadero.
En la conversión damos un giro, dejando a nuestra espalda el pecado y la vida vieja y ahora seguimos a Dios. Por eso es preciso el fruto o la manifestación del arrepentimiento.
Mateo 3:8: Por tanto, dad frutos dignos de arrepentimiento.
Lucas 3:8: Por tanto, dad frutos dignos de arrepentimiento; y no comencéis a deciros a vosotros mismos: “Tenemos a Abraham por padre”, porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham de estas piedras.
Hechos 26:20: sino que anunciaba, primeramente a los que estaban en Damasco y también en Jerusalén, y después por toda la región de Judea, y aun a los gentiles, que debían arrepentirse y volverse a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.
En la conversión damos un giro, dejando a nuestra espalda el pecado y la vida vieja y ahora seguimos a Dios.
En el caso de los oyentes del primer mensaje de Pedro en Hechos 2: 37-39, no era suficiente un dolor por el pecado y un cambio interior. El fruto de la nueva vida en ellos comenzaría a evidenciarse al ser bautizados.
Hechos 2: 37-39: Al oír esto, compungidos de corazón, dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: Hermanos, ¿qué haremos? (38) Y Pedro les dijo: Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. (39) Porque la promesa es para vosotros y para vuestros hijos y para todos los que están lejos, para tantos como el Señor nuestro Dios llame.
El hombre y la mujer convertidos no sólo dicen que creen y que están arrepentidos. Además su vida es una vida de obediencia a su Dios.
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